-CONCEPTOS
FUNDAMENTALES DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA-
-PLATÓN-
(Idea, mundo sensible, mundo inteligible, Bien,
razón, doxa, episteme
(ciencia), alma, justicia)
-IDEA:
Platón designa con el término «ideas», o «formas» a las entidades que
constituyen el mundo inteligible.
Tales entidades son inmateriales, de
naturaleza inteligible o racional. Las «ideas» solo pueden ser captadas a
través del nous -el entendimiento, la parte racional del alma-, pero no
a través de los sentidos. Se caracterizan además por ser universales (cada «idea» es una especie), eternas, simples e inmutables. En las «ideas» reside el ser, entendido como esencia, de las cosas; por ello las «ideas»
constituyen la auténtica realidad, de la cual el mundo sensible no es más que
una imitación -una copia imperfecta-. Las «ideas» está jerarquizadas: en la
cúspide está la «Idea de Bien» (por ser lo que tienen en común todas las «ideas»),
aunque a veces es sustituida por la «Idea de Uno», de «Belleza», de «Justicia».
-BIEN
o IDEA DE BIEN: en La República la «Idea de Bien»
aparece en la cúspide de las «ideas», y se alcanza a partir de una ascensión
dialéctica. Es la «idea» suprema y la que da unidad al mundo inteligible. La
razón de por qué es la «idea» suprema se debe a que es aquella de la que
participan todas las demás, y la que, por lo tanto, sirve de fundamento a todo
lo demás. Esto es así, porque la «Idea de Bien» expresa aquello que hace a
todas las «ideas» ser «ideas»: que son perfectamente determinadas, ordenadas.
En ese sentido son «buenas». La «Idea de Bien» aparece así no como una realidad
más del mundo inteligible, no como una cosa inteligible más, sino como el ser,
la esencia, de toda «idea».
-MUNDO SENSIBLE: en la
terminología platónica el mundo sensible es el mundo material, que nos encontramos en nuestra experiencia inmediata. Es el mundo que captamos a través de los
órganos de conocimiento del cuerpo, esto es, de los sentidos.
En el mundo
sensible solo hay individuos, no
universales. Estos individuos se caracterizan fundamentalmente porque: (1)
Están sometidos al permanente devenir;
esto es, son realidades cambiantes: nacen, se transforman, perecen o se
desvanecen. (2) Están compuestos de
partes, que a su vez están compuestas de partes, etcétera.
Por estas dos
razones el mundo sensible carece de auténtico ser, de esencia. No tiene un ser
propio. Así, de un acto podemos
decir que es justo, pero acaso pasado mañana lo califiquemos de injusto.
Además, el mismo acto puede ser considerado desde un cierto punto de vista
justo, pero desde otro injusto.
Ahora bien,
aunque el mundo sensible no tiene un ser propio tampoco se puede decir de él
que es una pura nada, un puro caos.
Si el mundo sensible fuese una pura nada, un puro caos, no podríamos reconocer
en él caballos, triángulos, actos justos, etcétera. No habría en él nada
determinado. Y, sin embargo, reconocemos a esto como un caballo, a esa figura
pintada sobre la arena como un triángulo, a aquello como un acto justo,
etcétera. Por lo tanto, hay que concluir que el mundo sensible tiene un cierto
ser, no es puro caos. Platón dirá que es mezcla de ser y no ser.
Pero, si hemos
dicho que el mundo sensible no tiene un ser propio ¿de dónde le viene ese ser
que, pese a todo, posee? En el Fedón
Platón dirá que el mundo sensible tiene un ser participado. Tiene cierto grado de ser en la medida que participa (methesis) de las «ideas». Su ser consiste en ser un
reflejo de las «ideas», una copia (mímesis) de las «ideas».
-MUNDO INTELIGIBLE: en la
terminología platónica el mundo inteligible es aquel tipo de realidad a la que
no podemos acceder a través de nuestros sentidos, sino a través del nous
(=inteligencia). El mundo inteligible es el mundo de las «ideas», que constituyen la esencia de las cosas.
Tales
«ideas» son subsistentes (tienen
realidad en sí), universales, simples, inmutables y eternas.
Las «ideas» tienen una estructura jerárquica: las «ideas» menos generales
participan de las más generales, y en la cumbre está la «Idea de Bien».
Las
«ideas» pueden ser conocidas a través de una noesis (= intuición,
captación directa) por el entendimiento.
Para el conocimiento de las relaciones que mantienen unas «ideas» con otras se
necesita de la dialéctica.
-RAZÓN: Platón usa, con frecuencia, el término razón como
sinónimo de inteligencia. Es una capacidad que reside en el órgano
superior de conocimiento, en el entendimiento, que se encuentra en el
alma. Así entendida la razón posee también grados: puede entenderse como razón
discursiva (dianoia), o
como razón intuitiva (noesis).
A veces también denomina razón a la dialéctica.
(1) Razón discursiva, entendimiento
discursivo o inteligencia discursiva (dianoia): es el modo de
conocimiento propio de lo que Platón, en algunas obras, llama artes, que serían
la geometría, la aritmética y la astronomía. Este tipo de conocimiento se
caracteriza porque: (1) Parte de hipótesis
(tales como que existen tres tipos de ángulos, que los números han de ser pares
o impares, etc.) para deducir a partir de ellas ciertas conclusiones. (2) Parte
de figuras, de imágenes, sensibles para sacar conclusiones, aunque estas se
refieran a elementos inteligibles y no sensibles. (Así, por ejemplo, se
necesita trazar, o imaginar físicamente, un ángulo para poder llegar a la
conclusión de que existen tres tipos de ángulos, se necesita operar sobre la
figura de un triángulo, para poder concluir que su área es igual a base por
altura dividido por dos, etc.)
(2) Razón intuitiva, intuición (noesis):
Platón llama así a la captación o conocimiento directo de las «ideas» que lleva a cabo el entendimiento. La razón intuitiva a
diferencia de la discursiva: (1) Parte de hipótesis, las «ideas» más bajas,
para ascender dialécticamente hasta el fundamento absoluto de todo. Hecho esto
desciende dialécticamente hasta dar un fundamento de las hipótesis de que
partíamos (de tal modo que ya no son meras hipótesis sino verdades demostradas).
(2) Opera con entidades puramente inteligibles (esto es, no sensibles), que son
las «ideas».
-DOXA (= OPINIÓN): Platón
emplea el término doxa (= opinión) para referirse al tipo de conocimiento
obtenido por los sentidos, frente al procedente del nous. Le denomina así porque el
conocimiento sensible es siempre conocimiento de lo particular y cambiante,
y, por lo tanto, no es auténtico conocimiento, no nos pone ante lo que las
cosas son (=su esencia), sino ante lo que, aquí y ahora, parecen ser, ante lo que, desde cierta perspectiva, parecen ser.
Es, por lo
tanto, una forma inferior de conocimiento, que tiene, no obstante, dos grados:
(1) Conjetura o imaginación (eikasia): consiste en el
conocimiento indirecto de las cosas sensibles (a partir de las sombras, representaciones
pictóricas o escultóricas, las imágenes reflejadas, etc.). Es la forma más baja
-más pobre, menos plena- de conocimiento. (En el mito de la caverna aparece
simbolizado por el conocimiento de las sombras que tienen los prisioneros
cuando están atados.)
(2) Creencia o fe (pistis): consiste en el conocimiento
directo de las cosas sensibles. (En el mito de la caverna aparece representado
por el conocimiento de las cosas reales en el interior de la caverna.)
-EPISTEME (CIENCIA):
Platón usa el término episteme (= ciencia) para referirse
a la forma suprema de conocimiento, al conocimiento pleno, al conocimiento de
las esencias de las cosas, a las «ideas», y al conocimiento del orden del
mundo de la «ideas». Es decir, la ciencia trata de la captación de las «ideas»
por el entendimiento (proceso al que denomina noesis = intuición), y
del ascenso de las «ideas» más bajas hasta alcanzar la «Idea de Bien», que es
el principio o fundamento de todo, proceso para el que se necesita de la dialéctica.
A
veces Platón también emplea el término ciencias,
en plural, para referirse a aquel tipo de saberes que surgen del uso de la dianoia (= razón discursiva) como la
geometría, la música y la astronomía, pero lo hace «para adaptarse al uso».
-ALMA: Platón, siguiendo a las
pitagóricos (que lo toman a su vez del orfismo), defiende una antropología dualista. Eso quiere decir
que el ser humano es un compuesto de dos sustancias separables: cuerpo y alma.
El alma es inmortal y se reencarna
tras la muerte del cuerpo. Según Platón el alma poseería tres partes con una
función cada una: (1) La parte racional,
constituida por el entendimiento, donde reside la capacidad de conocimiento intelectual o racional.
(2) La parte volitiva, donde reside
la voluntad. (3) La parte apetitiva, donde residen los deseos.
-JUSTICIA: es
para Platón, la virtud por excelencia. Pero tiene un doble sentido: (1) Por un
lado es una virtud del alma. En este caso la justicia se da cuando cada parte
del alma cumple con su cometido, se atiene a su virtud específica. Esto
sucede cuando en la parte racional del alma se da la sabiduría o prudencia, en
la volitiva el valor o fortaleza, y en la apetitiva la templanza. (2) Por otro
es una virtud del Estado, de la polis,
es el fin de la polis. En este
sentido la justicia se da cuando cada estamento cumple con su cometido, con su
virtud específica: cuando los gobernantes son sabios, cuando los guardianes son
valerosos y cuando los productores y comerciantes son moderados en sus deseos.
-ARISTÓTELES-
(sustancia, ciencia, hilemorfismo, potencia,
acto, causa, abstracción, alma, felicidad, virtud, polis -ciudad-)
-SUSTANCIA: la sustancia es una de
las categorías (uno de los significados del ser), y uno de los modos de darse
lo que es. La sustancia es aquella categoría, o modo de darse el ser, que
responde a la pregunta ¿qué es ...? Así, por
ejemplo, a la pregunta de ¿qué es
«esto»?, podemos responder: «es un
caballo». De modo que «ser caballo» tiene aquí el sentido de sustancia. Pero
sustancia es también aquello que está supuesto
en toda forma de darse el ser. Por lo tanto, es aquello que está supuesto en el
«ser caballo». (¿Qué es lo que es un caballo? Respondemos: «esto».).
El término
sustancia tiene, por lo tanto, un doble sentido en Aristóteles: por un lado la
sustancia es la cosa concreta, el individuo,
que tiene realidad en sí mismo, que es algo en sí mismo. Y por otro es lo que
determina a ese algo a ser algo (a ser un caballo, un abeto), es decir, es la
esencia, el universal. Aristóteles
denomina sustancia primera, o
sustancia (sin más) al primer modo de entender la sustancia. Y sustancia segunda al segundo modo de entenderla.
Pero ambos modos no se dan separados.
-CIENCIA: la ciencia es aquel modo de conocimiento que trata de lo
universal y necesario y que consiste en mostrar como unos principios se derivan necesariamente de otros dados, de modo que
todo tiene que ser derivado de unos primeros
principios. Su modo de operar es descrito por la analítica o lógica.
Aristóteles
denomina ciencia también a una virtud
intelectual (o dianoética), que consiste en el hábito de practicar la
ciencia.
-HILEMORFISMO: se llama así a la teoría
aristotélica que sostiene que las sustancias
están compuestas de dos principios
que no se dan separados en la realidad, pero que podemos pensar separados en el
entendimiento, y que son la materia (hyle)
y la forma (morphé).
La materia primera es la materia común al
universo físico, pero que no se da nunca separada de la forma. Sin orden (sin
estructura, sin un principio organizador, sin la forma sustancial), la materia
primera sería pura indeterminación,
puro caos, y, por ello, sería inconcebible,
no sería. Digamos que la materia primera es pura potencia para ser algo, pero
sin ser, en sí misma, nada.
Pero
acompañando a una forma sustancial, la materia primera es un principio de individuación; es decir,
es lo que hace que haya individuos, que haya esta cosa concreta, este individuo
concreto, Brioso.
La forma sustancial es aquello que
determina a la materia, haciéndola ser algo, ser un caballo, ser un hombre,
etcétera. Constituye, por lo tanto, la esencia
de ese algo, lo que le dar un ser. Es por lo tanto lo común a una clase de
cosas, es lo universal.
-POTENCIA: ser en potencia es tener
una capacidad para ser pero no ser todavía. Así, una bellota es, en potencia,
una encina, el mármol es, en potencia, una estatua, etcétera.
Aristóteles
define lo natural como aquello que
cambia por sí mismo, como aquello que «llega a ser» por sí mismo. Pero, para
que algo llegue a ser algo tiene, previamente, que tener la capacidad de ser
ese algo. Así, para que la bellota llegue a ser encina tiene que poseer esa
capacidad de llegar a ser encina. Para que el mármol llegue a ser estatua tiene
que poseer la capacidad para ser estatua. (Obviamente el mármol no posee la
capacidad para ser encina, ni la bellota para ser estatua). A ese capacidad es
a lo que denomina Aristóteles dynamis (= ser en potencia).
-ACTO: ser en acto quiere decir
ser plenamente, ser ya, ser
ahora. Así, por ejemplo, estoy disfrutando de una comida ahora mismo (en acto),
y soy (en acto) un hombre concreto.
Aristóteles
define lo natural como aquello que
cambia por sí mismo, como aquello que «llega a ser» por sí mismo. Ser en acto
es, por lo tanto, la culminación de todo cambio. Todo cambio está impulsado por
el «deseo» de ser en acto.
«Ser
en acto» es la traducción que hizo el pensamiento medieval de dos términos aristotélicos:
enérgeia (= en trabajo, que designa a un movimiento o cambio que se está
produciendo ahora) y entelékheia (= tenerse en el fin, que significa
que algo es ahora, es ya algo).
-CAUSA: para Aristóteles la causa
es el principio constitutivo de algo, y cuya modificación provoca un cambio en
ese algo.
Hay
cuatro tipos de causas, que por lo general, son inseparables: (1) La material: es la materia que constituye
una sustancia, que es la causa de que se dé esa sustancia, y que tiene que
dejarse cambia para que haya un cambio en la sustancia. (2) La formal: es la forma sustancial o
accidental que constituye una sustancia o un accidente de esa sustancia. Tiene
que haber un cambio de forma sustancial o accidental para que haya un cambio de
sustancia o en la sustancia. (3) La eficiente:
es el agente externo que produce una sustancia o accidente. (4) La final: es el fin para el que se produce
un cambio, que consiste en llegar a ser una determinada sustancia o accidente
de una sustancia.
-ABSTRACCIÓN: es la capacidad por la
que el entendimiento agente (Aristóteles dice simplemente entendimiento) saca
la forma sustancial de las imágenes guardas en la memoria. O dicho de otra
forma, es la capacidad que posee el entendimiento (agente) de pensar las formas
sustanciales, esto es, lo universal, separadas de la materia.
-ALMA: Aristóteles denomina
alma a la forma sustancial de los
seres vivos. Hay tres tipos de almas: (1) Vegetativas,
propias de los vegetales, que tienen las capacidades de crecimiento, nutrición
y reproducción. (2) Sensitivas,
propias de los animales, que incluyen las funciones de las vegetativas y además
tienen las capacidades de conocimiento sensible, de apetecer lo conocido y
de desplazarse para obtener lo apetecido. (3) Racionales, propias de los seres humanos, que incluyen las
funciones de las almas sensitivas y además tienen las capacidades de
conocimiento racional y voluntad libre.
-FELICIDAD: Aristóteles dice que la
felicidad es el fin último que nos
proponemos los seres humanos. Para aclarar en qué consiste debemos recordar que
Aristóteles define lo natural como aquello que llega a ser lo que es por sí
mismo. Este «llegar a ser» consiste en que lo que es en potencia llegue a ser en acto;
o, dicho de otro modo, que lo que tiene capacidad para ser algo llegue a serlo
plenamente. Hay, por lo tanto, una tendencia en lo natural a desarrollar su
esencia, a ser plenamente. Eso sucedería también con los seres humanos. Y en
esto consiste la felicidad, en alcanzar la plenitud.
Pero
lo que hace a un ser humano plenamente humano es la voluntad libre y el conocimiento
racional, que son las facultades que diferencian al alma humana de la de
cualquier otro ser vivo. Por lo tanto la felicidad está en guiar la voluntad
libre por el conocimiento racional, para lo que se necesita practicar las virtudes intelectuales y morales. Felicidad se identifica con
sabiduría, solo el sabio es realmente feliz.
-VIRTUD (areté): en
el mundo griego la virtud es entendida, en general, como una especial
capacidad, habilidad, destreza, para algo. Con Aristóteles la virtud pasa a
ser entendida como una capacidad, destreza, para alcanzar la felicidad. Pero la felicidad consiste
en la plenitud. Esto es, en que el
hombre se realice como lo que es, en que desarrolle su propia esencia, su
propia naturaleza. Por eso Aristóteles entenderá que la virtud reside, para los
hombres, en el hábito (la
disposición permanente, la costumbre) de someter su vida a la realización de su
propia esencia. Pero la esencia humana consiste en ser un animal racional. Por
lo que la virtud consistirá en la costumbre de ejercitar la razón (virtudes intelectuales), o de guiar los
deseos, pasiones y apetencias por la razón (virtudes morales).
-POLIS: la polis es el modo de
organización tradicional del mundo griego.
La polis es, para Aristóteles, la agrupación más perfecta. Esto
es así porque solo la polis es autosuficiente. La polis constituye la culminación
natural del agrupamiento de los hombres. Es, por decirlo de otra forma, el fin de toda comunidad humana. Y dado
que en la naturaleza todo tiende a un fin, la polis es el fin natural de la
naturaleza comunitaria del hombre.
La polis no es, por lo
tanto, una simple alianza militar, ni económica, ni un territorio en el que
vivir. Es todo eso pero es más que eso: es el lugar donde los ciudadanos se realizan plenamente como humanos, y donde
pueden, por lo tanto, alcanzar la felicidad.
La finalidad de la polis será alcanzar el bien común, por tal entiende Aristóteles, el conjunto de
condiciones que permitan el bienestar
material y el perfeccionamiento de los ciudadanos, que se alcanza con la práctica de la virtud.
-TOMÁS
DE AQUINO-
(razón, fe, verdad, Dios, esencia, existencia, creación, ley natural, ley positiva)
-RAZÓN: Tomás de Aquino
diferencia, como por lo general todos los pensadores cristianos, entre
«órganos» de conocimiento: la razón
y la fe.
La
razón es una forma de conocimiento
natural, llevada a cabo por el entendimiento,
y que consiste en la capacidad de pensar en términos universales, y de deducir,
a partir de unos principios más generales, otros de menor generalidad.
Para
acceder al conocimiento de los universales el entendimiento agente lleva a cabo un proceso, denominado abstracción, por el que consigue
obtener lo universal a partir de las imágenes de las cosas guardadas en la
memoria. Este proceso le permite pensar las formas sustanciales (que son universales, que constituyen la
esencia de la cosas) separadas de la materia y de las formas accidentales.
La
razón tiene como campo exclusivo de conocimiento el de las verdades naturales, que atañen al mundo físico, pero también puede
acceder al conocimiento de ciertas verdades (los preámbulos de la fe), tales como que Dios existe, y a las que
también se puede acceder a través de la fe.
-FE: Tomás de Aquino
diferencia, como por lo general todos los pensadores cristianos, entre
«órganos» de conocimiento: la razón
y la fe.
La
fe es un instrumento de conocimiento por el que se acepta ciertas verdades como
verdades «reveladas» por Dios. Estas
verdades son clasificadas por Tomás de Aquino en dos grupos: (1) Artículos de fe: que son aquellas
verdades a las que únicamente se puede acceder por la fe, tales como que en
Dios hay dos naturalezas, una divina y una humana, o que Dios es una única
sustancia con tres personas distintas, etcétera. (2) Preámbulos de la fe: son aquel tipo de verdades a las que se puede
acceder indistintamente por la razón
y por la fe, y son verdades tales
como que Dios existe.
-VERDAD: en Tomás de Aquino
aparece una doble concepción de la verdad: como verdad de las cosas y como adecuación, también denominada verdad del entendimiento.
La verdad de las cosas consiste en que, en
tanto las cosas se dan, simplemente, no hay en esto mentira ni error. La verdad
de las cosas así entendida, descansa en una determinada relación entre las
cosas y el entendimiento, relación que no es de adecuación sino de producción. En efecto, las cosas son
producidas o por un entendimiento humano, si se trata de cosas artificiales,
o por el entendimiento divino, si se trata de cualesquiera cosas creadas. A
la verdad así concebida se la denomina a veces verdad óntica.
La
verdad puede ser entendida también, y así es como la entiende fundamentalmente
Tomás de Aquino, como «adecuación
o concordancia del entendimiento y la cosa» (o, hablando con más precisión,
entre el entendimiento y la forma ‑sustancial o accidental‑ de la cosa).
La
adecuación consiste en que el entendimiento se con‑forma, es decir, adopta la
misma forma, que la cosa. La verdad como adecuación se fundamenta en la
convicción de que cosas y pensamiento han sido creados por Dios (quien no
crearía un pensamiento cuyo modo de operar se engañase con respecto a la
realidad). Tomás establece una diferencia dentro de esta concepción de la verdad:
(1)
En un primer momento la adecuación consiste en que el verbum mentis
(concepto) es la forma de la cosa (el entendimiento se hace acto haciéndose la
forma de la cosa). (A esta manera de entender la verdad se la denomina a veces
verdad ontológica. El nombre es debido a que, aunque es una verdad del
entendimiento ‑al que también podemos llamar «logos»‑ la verdad está en
él como lo estaba en la concepción «óntica» ‑como presencia simple de algo‑).
(2)
Pero para Tomás, la verdad como adecuación todavía tendrá otra forma de darse
más plena, y ésta es la verdad lógica, que se da en el juicio, donde un predicado (lo
conocido por el entendimiento), se atribuye a un sujeto (la imagen mental).
(Este tipo de verdad es superior a la ontológica porque aunque en la
ontológica se da una auténtica adecuación, el entendimiento no la conoce,
no es consciente de ella. Aquí sí.)
-DIOS: Tomás de Aquino concibe
a Dios siguiendo la tradición cristiana de occidente: Dios es un ser infinito, y, por lo tanto, perfecto, espiritual, simple, que crea el mundo por un acto de su libre voluntad a partir
de la nada (Dios no es un simple hacedor, como el Demiurgo platónico, ni genera
el mundo por un proceso necesario de emanación, como en la concepción
neoplatónica). En Dios se identifican esencia
y existencia. Al conocimiento de
Dios se puede acceder a través de la fe,
y de la razón (empleando las pruebas
a posteriori, las cinco vías).
-ESENCIA: la esencia es lo que una
cosa es, aquello que le determina de algún modo, que le hace ser «hombre»,
«caballo», «encina», «plata» o «belleza». Para Sócrates la esencia residía en una definición universal. Para Platón
las esencias se encuentran separadas de las cosas sensibles, en un mundo
inteligible (son las «ideas»). Aristóteles
identifica la esencia con la forma sustancial. Aristóteles identifica la
esencia con la forma sustancial. Agustín
de Hipona, influido por el neoplatonismo, sitúa las «ideas» en lamente de
Dios. Dios crearía en mundo tomando como modelos tales «ideas», que serán por
ello denominadas «ideas ejemplares», que constituyen, por eso, la esencias de
las cosas.
Pues
bien, Tomás de Aquino, siguiendo a
Agustín de Hipona, admite una esencias
eternas en la mente de Dios: las «ideas ejemplares»; pero, influido por
Aristóteles, considera que tales esencias son plasmadas por Dios en el mundo
físico como formas sustanciales.
-EXISTENCIA: el concepto de existencia como algo diferente de la esencia, aparece de modo explícito, por
vez primera, en la obra del filósofo islámico Alfarabí. Pero es asumida por el
pensamiento religioso judío (por ejemplo, Avicena) y cristiano (Tomás de
Aquino). La razón de que el pensamiento religioso diferencie entre esencia y
existencia es la siguiente: para las mencionadas religiones Dios crea
libremente el mundo. Por ello el mundo es contingente,
esto es, podría no existir si Dios hubiera decidido no hacerlo. Al mismo
tiempo, el pensamiento religioso judío, cristiano e islámico medieval está
fuertemente influido con ciertas concepciones de origen platónico. Así,
considera que las «ideas» (las esencias eternas de la cosas) existen desde
siempre en la mente de Dios. Por ello, podría suceder que hubiese esencias que
Dios no hubiese plasmado en el mundo, que Dios no hubiese creado, que no
existiesen.
Dios
es pensado además como el ser que existe necesariamente. Por eso en Dios
esencia y existencia se identifican. Pero en los seres creados, sin embargo,
esencia y existencia son separables.
-CREACIÓN: Tomás de Aquino adopta la
concepción cristiana según la cual Dios
crea libremente el mundo desde la nada. Esta concepción del origen del mundo se aparta de la platónica, según la cual la materia es
eterna y el ser del mundo sensible depende del ser de las «ideas»; de la aristotélica, según la cual el mundo,
con la materia primera y las formas sustanciales, existe desde siempre, y
Dios tan solo es la causa del movimiento; y de la neoplatónica, según la cual el mundo procede de lo Uno (o Dios),
por emanación, de modo necesario.
La creación constituye un sistema
jerarquizado en función de la mayor o menor simplicidad de los seres: cuanto
más simples, más cercanos a Dios que es Acto Puro. Los seres pueden ser corporales
o espirituales. Estos, se
componen de esencia y existencia, de potencia y acto. Los corporales se componen además de materia y forma.
-LEY NATURAL: Tomás de Aquino denomina
así al conjunto de reglas que regulan la naturaleza. Su contenido se deduce del repertorio de
las tendencias naturales del hombre. Básicamente son las siguientes: (1) Como sustancia, el ser humano tiene una tendencia
natural a conservar su propia existencia. (2) Como animal, tiene una tendencia natural a
propagar su especie. (3) Como ser racional, tiene una tendencia natural a buscar la verdad (especialmente
aquel tipo de verdades que constituyen su fin último: Dios). (4) El hombre
tiende, además, de modo natural, a vivir en sociedad. Pero dado que es un ser
racional puede organizar esta convivencia en base a leyes igualmente
racionales.
-LEY POSITIVA: es
el sistema de leyes creadas convencionalmente por lo seres humanos para regular
su vida en sociedad, y que deben tener por objetivo el conseguir el bien común.
Actúa como una
prolongación de la ley natural y nunca puede ir contra ella.
-DESCARTES-
(razón, certeza, método, duda, evidencia, cogito, idea, substancia)
RAZÓN: Descartes identifica la
razón con la mathesis universalis,
denomina así a «la ciencia general del orden y la medida». Tal ciencia
constituiría la base de todas las ciencias, su lenguaje, por lo que sirve para
dotar de unidad a todas las ciencias. Se identifica, por lo tanto, con la
razón. Razonar es pensar en términos lógico-matemáticos.
CERTEZA: para el pensamiento
moderno que comienza con Descartes la certeza es el modo primero de entender la
verdad: verdad es, ante todo,
certeza. Descartes considera que para
alcanzar la certeza debemos prescindir de los datos obtenidos por los sentidos,
que son siempre confusos, y atenernos a las ideas elaboradas por el entendimiento
solo, sin ayuda de los sentidos (ideas
innatas o conceptos). Tales ideas se nos mostrarán como ciertas siempre que
aparezcan claras y distintas ante nuestra mente.
MÉTODO: un método es un
procedimiento para obtener conocimiento. Descartes propone un método que consta
de cuatro pasos: evidencia, análisis, síntesis o deducción y enumeración.
El
punto clave para la obtención de conocimientos nuevos es la deducción, que
Descartes consiste en construir un saber complejo
a partir de los elementos simples
obtenidos por intuición. (Así, a
partir de la intuición simple de triángulo, podemos ir elaborando un sistema
de saber más complejo en el que descubrimos que la suma de sus ángulos mide
180º, que si es rectángulo la suma de los cuadrados de los catetos es igual al
cuadrado de la hipotenusa, etcétera.)
DUDA: para alcanzar una
certeza absoluta, el primer principio del que partir, Descartes someterá todo
conocimiento, toda supuesta verdad, a un proceso
sistemático de duda hasta encontrar, si es que se encuentra, algo de lo que
sea imposible dudar.
No
se trata, por lo tanto, de una duda psicológica,
una duda que le asalte al individuo Descartes, sino metódica. Si, pese a todos nuestros intentos de cuestionar nuestros
conocimientos, encontramos algo de lo que sea imposible dudar, algo que sea de suyo indudable, esa será la certeza absoluta que andamos buscando.
La
duda metódica viene a ser algo así como el escepticismo
convertido en método, es una radicalización del escepticismo que llevará a su
propia anulación: al descubrimiento de una certeza absoluta, a la instalación
en la verdad.
EVIDENCIA: consiste en no admitir
nada como verdadero que no se conozca como evidente, esto es, sin posibilidad
de duda. Descartes sostiene que la evidencia va siempre acompañada de dos
rasgos: claridad y distinción. Que una idea sea clara quiere decir que está presente
ante la mente, que sea distinta
quiere de decir que está perfectamente determinada,
delimitada, que no se confunde con ninguna otra.
El
acto por el que la mente llega a la evidencia se llama intuición. Intuición es la aprehensión inmediata de algo. Esta
intuición puede ser sensible o intelectual. Puesto que, para Descartes,
lo sensible es siempre confuso, se quedará únicamente con una intuición de
tipo intelectual (que nos pondrá ante una idea simple).
En
el caso de la fundamentación de la filosofía, para llegar a una primera verdad
que cumpla este requisito, se llevará a cabo un proceso que se conoce con el
nombre de «duda metódica».
COGITO: el cogito o pensamiento
es la esencia o atributo del alma. Los contenidos del pensamiento
son las ideas, que pueden ser de tres tipos: adventicias, facticias e innatas.
En
el pensamiento se encuentra la verdad,
es decir, la certeza. Pues solo
cuando prescindimos de los sentidos y el entendimiento trabaja acorde a sus
propias reglas, es decir, conceptualiza, sus contenidos, las ideas innatas o conceptos, aparecen
como indudables, como ciertos.
En
el ejercicio del pensamiento este descubre, a través del proceso de la duda metódica, el primer principio: cogito ergo
sum (pienso, luego existo), fundamento de la filosofía y de la ciencia.
IDEA: Descartes, y por lo
general la filosofía moderna racionalista y empirista, emplea el término idea
para referirse a los contenidos del entendimiento.
En
el caso de Descartes diferencia entre tres tipos de ideas: (1) adventicias: son
aquellas que provienen del exterior de nuestra mente, que penetran a través de
los sentidos. (2) Facticias: son ideas construidas a partir de las anteriores,
tales como la idea de centauro, de Minotauro. (3) Innatas: son ideas
construidas por el propio entendimiento, sin que intervenga en ello los datos
de los sentidos. Por esta razón tal tipo de ideas estará desprovisto de
cualidades. A este tipo de ideas Descartes les llama también conceptos.
SUBSTANCIA: Descartes define la sustancia como aquello que no necesita
de otra cosa para existir. Así definida solo sería sustancia propiamente Dios, pues solo Dios existe por sí
mismo (solo la sustancia infinita existe necesariamente, como demuestra el
argumento ontológico), todo lo demás debe su existencia a Dios. Pero Descartes
sostiene que sustancia es un término análogo y que puede ser definida también
como aquello que solo necesita de Dios para existir, por lo tanto serían
también sustancias el mundo corporal
y las almas.
Las
sustancias se conocen a través de sus atributos.
Así, el atributo principal de los cuerpos (que constituye por ello, su
naturaleza o esencia) es la extensión,
el atributo principal del alma es el
pensamiento, y Dios tiene infinitos atributos, tales como la omnipotencia, la omnisciencia,
etcétera.
-HUME-
(escepticismo, experiencia, percepción,
impresiones, ideas, hábito, causalidad, creencia, sentimiento)
-ESCEPTICISMO: en general con este
término se designa a toda actitud o doctrina que considere que no es posible
fundamentar el conocimiento. El escepticismo aparece ya en los planteamientos sofistas. En el caso de Hume el escepticismo es una
consecuencia de que: (1) Todo conocimiento procede de la experiencia, de las impresiones. Pero las impresiones son siempre particulares, y no hay, a juicio de
Hume, un método válido que pueda conducirnos de lo particular a lo universal y
necesario. (2) Todo conocimiento procede de las impresiones, pero no conocemos
cuál es la causa de estas
impresiones, no podemos, pues, conocer la realidad tal como es «en sí», sino
tal como se nos aparece (los fenómenos).
-EXPERIENCIA: para los empiristas la
experiencia es todo conocimiento, toda información, que procede de los
sentidos. En el caso de Hume, la experiencia se identifica con las impresiones, que es el estímulo
recibido directamente por los sentidos. El conocimiento no puede ir más allá de
la experiencia.
-PERCEPCIÓN: Hume designa con el
término percepción a los contenidos del entendimiento, lo que Descartes y los
racionalistas denominaban ideas. Divide las percepciones en dos tipos: (1) Percepciones fuertes, a las que
denomina impresiones. (2) Percepciones débiles a las que denomina
ideas.
-IMPRESIONES: Hume denomina impresiones
son los estímulos que recibimos de
manera directa. Una impresión es, por lo tanto, el fruto de una presión que se realiza sobre nuestros sentidos. Según Hume todo conocimiento
comienza con las impresiones y no puede ir más allá de los contenidos dados por
las impresiones.
Las
impresiones pueden ser simples o complejas, de sensación o de reflexión.
Impresiones simples son aquellas
que no pueden descomponerse en otras. Así, al impactar sobre mi retina la luz
reflejada sobre la superficie de mi mesa, me produce una impresión simple de verde, de este matiz
concreto de verde. El fuego cerca de mi piel me produce una impresión simple de
calor. Un mal recuerdo me produce una impresión simple de angustia. Etcétera. Impresiones complejas son impresiones
tales como las de una manzana, mi habitación, una ciudad vista desde el aire,
etcétera. Toda impresión compleja está compuesta por impresiones simples.
Impresiones de sensación (o
impresiones primarias) son las suscitadas en el individuo de un modo inmediato
(bien sea por una causa externa -como puede ser una impresión de color-, o por
la propia naturaleza humana -como puede ser el amor o el odio. Impresiones de reflexión (o impresiones
secundarias) son las impresiones producidas por las ideas.
-IDEAS: Hume diferencia entre
ideas simples y complejas. Las ideas simples son las huellas que dejan las
impresiones en nuestra mente una vez que estas han desaparecido. Las ideas
simples proceden siempre, por lo tanto, de las impresiones.
Las
ideas complejas pueden formarse de dos maneras: (1) Pueden proceder de las
impresiones complejas, en este caso se trata de las huellas que dejan las
impresiones complejas en la memoria o la imaginación. (2) Pueden formarse a
partir de las ideas simples por asociación de estas. En este caso suelen
formarse siguiendo las leyes de
asociación de ideas (que son tres: ley de semejanza, ley de contigüidad espacio-temporal y ley de causalidad).
-HÁBITO: el hábito, la costumbre,
es el único fundamento posible para los enunciados
empíricos universales o las conexiones
causales. Allí donde reiteradamente, habitualmente, encuentro un cierto
suceso la costumbre me llevará a
engendrar la creencia de que seguirá
siendo así (la costumbre de ver salir el Sol un día y otro y otro, me lleva a
engendrar la creencia de que el Sol seguirá saliendo). Allí donde
reiteradamente encuentro que a un suceso sigue otro, la costumbre engendra en
mi la creencia de cada vez que se dé el primero sucederá el segundo,
estableciendo una conexión causal entre ambos (la costumbre de ver que cuando
una bola golpea a otra esta se pone en movimiento me llevará a creer que cada
vez que la primera se disponga a golpear a la segunda esta se pondrá en
movimiento).
-CAUSALIDAD: el principio de
causalidad dice que todo lo que sucede tiene una causa. Hume niega que tal
principio pueda ser demostrado, ya que no es un conocimiento de relaciones
entre ideas ni un conocimiento de hechos.
Hecho
esto pasa a analizar la noción de causalidad, concluyendo que allí donde
decimos encontrar conexiones causales la experiencia muestra entre un
objeto y otro hay contigüidad
espacial y temporal, que hay prioridad
temporal de uno sobre otro y que hay una conjunción constante.
La experiencia
no puede mostrar ninguna conexión causal, pero es una ley de funcionamiento de
la mente (una de las leyes de asociación de ideas) la que me predispones a
agrupar las ideas bajo conexiones causales.
-CREENCIA: la creencia es un tipo
de sentimiento engendrado por el hábito, por la costumbre.
La
creencia, nacida del hábito, de la costumbre, es el único fundamento posible
para los enunciados empíricos
universales o las conexiones
causales. Allí donde reiteradamente, habitualmente, encuentro un cierto
suceso la costumbre me llevará a
engendrar la creencia de que seguirá
siendo así (la costumbre de ver salir el Sol un día y otro y otro, me lleva a
engendrar la creencia de que el Sol seguirá saliendo). Allí donde
reiteradamente encuentro que a un suceso sigue otro, la costumbre engendra en
mi la creencia de cada vez que se dé el primero sucederá el segundo,
estableciendo una conexión causal entre ambos (la costumbre de ver que cuando
una bola golpea a otra esta se pone en movimiento me llevará a creer que cada
vez que la primera se disponga a golpear a la segunda esta se pondrá en
movimiento).
-SENTIMIENTO: el sentimiento es un
tipo de impresión interna. El
sentimiento es, para Hume, el único fundamento posible de la moral. En un doble sentido:
(1)
El sentimiento o pasión es lo que mueve a la voluntad a actuar. La voluntad no es movida por el conocimiento,
por la razón, pues la
voluntad no es algún tipo de facultad
que posean los individuos, sino un impulso
o una serie de impulsos. Y tales impulsos son fruto de alguna pasión, son la manifestación de ciertas
pasiones tales como el deseo o la aversión.
(2)
El sentimiento o pasión es el que determina los juicios morales, los juicios que valoran las conductas como buenas
o malas, virtuosas o viciosas, que se deben o no se deben hacer. Así, cuando decimos
que «no debes robar», lo que estamos manifestando es que nos «desagrado.
-KANT-
(sensibilidad, entendimiento, razón, a priori,
a posteriori, categoría, fenómeno, noúmeno, imperativo categórico, autonomía)
-SENSIBILIDAD: poseemos, según Kant,
dos facultades de conocimiento: sensibilidad
y entendimiento.
La
sensibilidad es la facultad de
conocimiento a través de la cual podemos percibir objetos de la experiencia; es decir, es la facultad de
conocimiento a través de la cual los objetos nos son «dados».
Para
que algo nos sea dado es necesario que:
(1)
Haya algo que estimule nuestros sentidos, que son los órganos a través de los
que opera la facultad de conocimiento sensible. A esos estímulos recibidos por
lo sentidos le denomina Kant impresiones.
Las impresiones constituyen la materia
de la experiencia.
(2)
Captemos eso bajo algún aspecto, bajo algún orden. A eso le llamamos la forma de la experiencia. La forma de la
experiencia está constituida por el espacio
y/o el tiempo. La forma de la experiencia es una
condición para que pueda haber cualquier experiencia. Cualquier dato que no
respete el orden que imponen espacio, tiempo y categorías no puede ser objeto
de la experiencia (y, por lo tanto, no sería dato alguno). Pero si espacio y
tiempo son la condición para que pueda haber experiencia no pueden proceder
ellos mismos de la experiencia. Son, por lo tanto, elementos a priori (= anteriores a la
experiencia). Son elementos que el sujeto encuentra en sí y pone en la
experiencia para ordenarla.
-ENTENDIMIENTO: poseemos, según Kant,
dos facultades de conocimiento: sensibilidad
y entendimiento. La sensibilidad es
la facultad de conocimiento a través de la cual los objetos nos son «dados». El
entendimiento es la facultad de conocimiento a través de la cual los objetos
son «comprendidos».
Pero
que un objeto sea comprendido quiere decir que podemos decir lo que «es». Para
ello el entendimiento tiene que enlazar ese objeto con un concepto, formando un
juicio (del tipo, «esto es un roble»). Por esta razón dice Kant que el
entendimiento es la facultad de los
conceptos, o bien la facultad de los
juicios.
-RAZÓN: en Kant razón significa
«determinación a priori». La razón tiene un uso teórico y un uso
práctico. La razón, en su uso
teórico, pretende determinar a priori lo que puede ser conocido, esto es, pretende determinar a priori el ámbito de la experiencia. La razón, en su uso práctico, pretende determinar a
priori la voluntad.
Ahora
bien, la razón humana es finita. Eso quiere decir que esa
determinación a priori tiene que ejercerse sobre algo que nos venga dado. En el
caso de la razón teórica ese algo son las impresiones:
la razón pone espacio, tiempo y categorías, pero los pone en las impresiones, ordenándolas,
organizándolas. En el caso de la razón
práctica ese algo es la decisión concreta que tengo que tomar en un
contexto concreto: en ese caso la razón me impele a someter esa decisión, a la ley moral.
Cabe
imaginar una razón infinita, la
razón divina, en ese caso la determinación a priori no necesita objeto sobre el
que ejercerse, porque en el acto de determinar algo crea ella misma lo
determinado. Digamos que, más que determinación es instauración.
-A PRIORI: a priori es una
expresión latina que significa «anterior
a». Por lo general, cuando se usa esta expresión en filosofía significa
«anterior a la experiencia», y este es el significado que le da Kant.
En
Kant, a priori, esto es, anterior a la experiencia, son aquellas condiciones
que hacen posible la experiencia: el espacio,
el tiempo, y las categorías o conceptos puros del
entendimiento.
Y a
priori son también los juicios que se pueden elaborar al margen de la
experiencia. En este caso podemos estar hablando de: (1) Juicios analíticos a priori: que son aquellos que se obtienen a
partir de un mero análisis del sujeto (por ejemplo: «un soltero es una no
casado», «el todo es mayor que la parte»). (2) Juicios sintéticos a priori: que son aquellos que se obtienen a
partir de la forma de la experiencia, que es a priori. Cuando se obtienen del
análisis del espacio y el tiempo-número, estamos ante los juicios de las matemáticas, que son todos sintéticos a
priori. Cuando se obtienen a partir de las categorías del entendimiento estamos
ante los juicios fundamentales de la
física.
-A POSTERIORI: a posteriori es una
expresión latina que significa «posterior
a». Por lo general, cuando se usa esta expresión en filosofía significa
«posterior a la experiencia», y este es el significado que le da Kant.
En
Kant a posteriori, esto es, posterior a la experiencia, son las impresiones, que constituyen el
contenido o materia de la
experiencia. Y también son a posteriori aquellos juicios que se constituyen a
partir de la experiencia. (Juicios del tipo: «los gatos son felinos», «a nivel
del mar el agua rompe a hervir a los 100º centígrados», etcétera).
-CATEGORÍA: las categorías, también
denominadas conceptos puros del entendimiento, son las diversas funciones que,
según Kant, realiza el entendimiento.
Existen doce categorías (unidad, pluralidad, totalidad, realidad, negación,
limitación, sustancia, causa-efecto, comunidad, posibilidad, existencia,
necesidad), cada una de las cuales es un modo de enlazar el sujeto con el
predicado en un juicio.
Dado
que las categorías son «funciones» del entendimiento, son a priori (esto es,
no provienen de la experiencia, sino que responden a diversos modos de
organización que el sujeto impone a la experiencia). Por eso también se les
denomina conceptos a priori.
-FENÓMENO: Kant designa con este
término a lo que se nos da, las cosas tal como se nos aparecen, tal como las conocemos:
representadas bajo las intuiciones de espacio
y tiempo. El mundo de los fenómenos
es el mundo de la experiencia, de
la realidad «en tanto conocida», que Kant diferencia del mundo nouménico, que
es la realidad tal como es «en sí», que puede ser pensada, pero no conocida.
-NOÚMENO: Kant designa con este
término a la realidad tal como es «en sí», contrapuesta a la realidad «en tanto
conocida» (fenómeno). Es la realidad no sometida al espacio ni al tiempo
ni a las categorías (que constituyen el orden impuesto por el sujeto a la
realidad para constituirla como experiencia y poder conocerla) y, en
consecuencia, no cognoscible por el sujeto. Pero aunque a la realidad en sí
no se la puede conocer se la puede pensar (de ahí el nombre). Al no
estar sometida al orden impuesto por el sujeto las relaciones causa-efecto,
que pertenecen al modo de organizar el sujeto la realidad, no rigen aquí,
por lo que, en el ámbito nouménico la libertad
es posible, y, en consecuencia, también la moral.
-IMPERATIVO CATEGÓRICO:
aquel tipo de imperativos que expresan un mandato absoluto, sin condiciones. Por ejemplo: «no debes robar», «debes
obedecer las leyes», «debes ser justo», etcétera. Se diferencian de los
hipotéticos en que estos expresan un mandato condicionado.
Solos
los imperativos categóricos pueden
constituir una ley moral. Ahora
bien, uno puede cumplir con el contenido de la ley moral, si que tal conducta
pueda ser calificada de conducta moral. Así por ejemplo, uno puede decidir no
robar, obedecer las leyes, o ser justo, por miedo a un castigo, o al qué dirán.
En ese caso la voluntad no está determinada por la razón práctica, sino por el conocimiento, por la experiencia. Y esa
conducta no tiene nada que ver con la moral.
Por
eso la ley moral tiene que prescindir del contenido, y expresar únicamente la forma de la ley. Y en eso consiste el imperativo categórico kantiano, que se
puede formular así: «Obra de modo que la máxima de tu voluntad pueda ser
convertida en una ley universal».
-AUTONOMÍA: la autonomía es la
capacidad que tiene el sujeto de dirigir su propia vida haciendo uso
exclusivamente de la razón, sin someterse
a ninguna otra consideración.
Tal
autonomía solo se da cuando el individuo actúa por deber, sometiendo su voluntad a la ley moral, ley que el individuo se da a sí mismo, con independencia
de cualquier consideración externa a su propia razón.
-MARX-
(dialéctica,
materialismo histórico, práxis, alienación, infraestructura, superestructura, fuerzas
productivas, relaciones de producción, lucha de clases, trabja, plusvalía)
-DIALÉCTICA: el término dialéctica procede de dialegein
(= diálogo). A lo largo de la historia del pensamiento filosófico la
dialéctica aparece, bien como un método
de conocimiento, bien como una determinada concepción de la realidad, o bien ambas cosas.
Pero la
dialéctica aparece, siempre, vinculada a la idea de proceso, de dinamismo. Así, cuando es empleada como método de
conocimiento, se entiende que conocer es un proceso a partir de la síntesis de
conocimientos previos (Platón); o bien a partir de la negación de un conocimiento
previo, de una tesis previa, que ha de llevarnos a establecer una nueva tesis
(Fichte, Hegel, Marx).
Cuando se
trata de una concepción de la realidad se entiende que hay una jerarquía de
realidades, de modo que las realidades inferiores, participan y se subsumen en
las superiores (Platón); o bien se entiende que la realidad es un proceso que
avanza a partir de sus contradicciones, o de los intereses que entran en
conflicto (Fichte, Hegel, Marx).
En el caso de
Marx la dialéctica le sirve para
mostrar el desarrollo de la historia.
Esta se produce de la siguiente manera: (1) Tesis: es la forma social
o modo de producción de que
partimos. Pero cada forma social lleva dentro de sí su negación. Ello se debe a que cada modo de producción contiene
una escisión interna, debida a que en cada modo de producción hay elementos
con intereses opuestos entre sí: las clases
sociales. (2) Antítesis: este
enfrentamiento entre intereses opuestos producirá un cambio de forma social (revolución). (3) Síntesis: la revolución instaura una nueva forma social con
distintas relaciones entre clases, e incluso distintas clases. El proceso
culminará con la instauración final de una sociedad sin clases (sociedad
comunista).
-MATERIALISMO HISTÓRICO: es un paradigma (esto es, un modelo explicativo) desarrollado por
el pensamiento marxista con la pretensión de hacer de la historia una ciencia.
Para ello, se toma como elemento base aquello que puede ser analizado con la objetividad
de las ciencias físicas. Este elemento es la estructura económica, o,
para ser más precisos, las fuerzas productivas, que constituyen la base
material sobre la que se asienta toda la sociedad. (Explicar los cambios históricos
a partir de su base material es lo que nos lleva a denominar a esta doctrina
como «materialismo histórico»). Cuando se producen cambios en la
estructura económica, o, más en concreto, en las fuerzas productivas, estos
provocan cambios en la relaciones de producción (que dan origen a las clases sociales), y estos en la
estructura ideológica, dando origen, así, a una forma social nueva.
Estas
transformaciones podrían explicarse dialécticamente (véase dialéctica), de ahí
que se hable, a veces, de materialismo histórico y dialéctico.
(Algunos
intérpretes de la obra de Marx consideran, sin embargo, que este esquema explicativo
de la historia responde a una cierta «escolástica marxista» que esclerotiza el
genuino pensamiento de Marx, centrado, a partir de un determinado momento de su
desarrollo, en el análisis de un concreto modo de producción: el modo de
producción capitalista).
-PRÁXIS: la
praxis es la acción orientada a la transformación social. Marx antepone una
filosofía orientada a la praxis, esto es, a revolucionar la realidad para
transformarla, a una filosofía especulativa como sería la filosofía de Hegel o
Feuerbach, cuyo único fin sería interpretar
la realidad, comprenderla.
-ALIENACIÓN: alienado
significa enajenado, extrañado. En
el lenguaje corriente alienado viene a ser sinónimo de loco. Alienado es
aquello que está fuera de sí, que ha perdido su propia conciencia, su propia
identidad, su propia esencia. En filosofía es un término popularizado por Hegel, y sus discípulos, y críticos, Feuerbach y Marx.
Para Hegel la autentica realidad es el
espíritu, que es libre y dinámico, por lo que, para él la alienación se produce
cada vez que el espíritu cristaliza en cosa, en naturaleza.
Feuerbach considera
que es el hombre el que se aliena al crear a Dios, y poner la auténtica realidad
en Dios, esto es, en algo fuera del hombre mismo.
Marx considera que la alienación va
indisolublemente unida a la aparición de las clases sociales, que condena a los trabajadores a una cuádruple
alienación con respecto a: (1) El producto de su trabajo (que se convierte en
capital de otros). (2) Su propia actividad (dado que su trabajo es decidido
por otros y su producto apropiado por otros). (3) La naturaleza (que aparece
parcelada, repartida en propiedades privadas). (4) Los otros hombres (que
aparecen como exploradores o como competidores, en lugar de socios solidarios).
-INFRAESTRUCTURA: en
toda forma social que haya alcanzado un cierto nivel de desarrollo se puede
diferenciar entre la infraestructura o estructura económica
y la superestructura o estructura
ideológica.
La
infraestructura constituye la base de la sociedad, y está constituida por las fuerzas productivas (formadas por los
medios de producción -que incluyen materias primas, maquinaria, etc.- y los
trabajadores que trabajan empleando esos medios de producción) y las relaciones de producción (que son las
relaciones de propiedad que se establecen entre los dueños de los medios de
producción y los que carecen de tales medios, y que dan origen a las clases sociales).
-SUPERESTRUCTURA: en
toda forma social que haya alcanzado un cierto nivel de desarrollo se puede
diferenciar entre la infraestructura o estructura económica
y la superestructura o estructura
ideológica.
La
superestructura o estructura ideológica depende de la estructura económica; y
es impuesta por la clase social dominante, la dueña de los medios de
producción. Es una expresión del poder de la clase propietaria y un instrumento
para legitimar su dominio. Está constituida, básicamente, por el sistema
jurídico, pero también por el arte, la filosofía, la religión, etc.
-FUERZAS PRODUCTIVAS: son
las fuerza que intervienen de modo directo en la producción. Constituyen la base sobre la que se levanta todo el
entramado social. Las fuerzas
productivas incluyen los medios de
producción (materias primas, maquinaria) y los trabajadores que trabajan empleando esos medios.
-RELACIONES DE
PRODUCCIÓN: son las relaciones que se establecen en cada momento
entre los dueños de los medios de producción y los que carecen de tales medios.
Dan origen a las clases sociales.
Según
el tipo de fuerzas productivas aparecerán en escena distintas clases sociales
básicas. Así, en el mundo antiguo,
las clases sociales básicas son los amos
y los esclavos; en la sociedad feudal las clases sociales
básicas son los señores feudales y
los siervos de la gleba,
posteriormente, conforme se desarrollan los burgos, aparecerán dos nuevas
clases, los maestros y los oficiales; en las sociedades burguesas modernas las clases sociales básicas son los capitalistas o burgueses y los obreros o proletarios.
-LUCHA DE CLASES: en
la terminología marxista una clase
es un grupo de individuos con intereses
económicos similares y diferenciados
de los de otros grupos o clases. Las existencia de las clases viene determinada
por las relaciones de propiedad; es
decir, una clase estará constituida por aquellos individuos que controlan los medios de producción, y otra por
quienes carecen de tales medios.
Los
intereses entre una clase y otra son distintos y objetivamente contrapuestos:
quienes controlan los medios de producción someten a una relación de explotación a quienes carecen de tales
medios. Por eso la existencia de clases supone una lucha, a veces larvada a
veces abierta, entre clases. Esta lucha solo acabará cuando los trabajadores
sean los dueños de los medios de
producción. Eso es lo que Marx entiende por sociedad comunista.
-TRABAJO: tipo de
acción ejercida, ya sea directa o indirectamente, sobre la naturaleza con el
objeto de satisfacer algún tipo de necesidad humana. La noción de trabajo se
convierte en un concepto básico de la economía
clásica, la ciencia económica desarrollada por Adam Smith y David Ricardo.
Para la economía clásica el trabajo es la fuente de valor, cosa que Marx asume. Pero Marx va más allá al considerar que
el trabajo es el medio de realización
humana por excelencia: gracias al trabajo los hombres se hacen hombres, y,
a través del trabajo, los hombres entran en relaciones sólidas con los otros
hombres.
-PLUSVALÍA: la plusvalía
es la diferencia de valor que existe
entre lo que produce el trabajador y lo que este recibe en pago por su
producción. Marx considera que es consustancial al sistema capitalista la
explotación al límite del trabajador. Es decir, que el empresario pague al
trabajador solo lo imprescindible para mantenerlo con vida y en condiciones de
seguir produciendo y reproduciéndose. Pero, conforme mejora la organización social del trabajo el
trabajador producirá cada vez más. En esta diferencia entre una cosa y otra
reside la ganancia del capitalista que será cada vez mayor y que permite la
acumulación cada vez mayor del capital.
-NIETZSCHE-
(genealogía, moral de señores, moral de esclavos,
nihilismo, superhombre, voluntad de poder, eterno retorno)
-GENEALOGÍA: es un método de
conocimiento empleado por Nietzsche que consiste en explicar algo remitiéndonos
a su origen.
El
método genealógico es empleado por Nietzsche, sobre todo, para rastrear
nuestras valoraciones morales, para
llegar al origen de las nociones de bueno
y malo, de bondadoso y malvado.
Con respecto a
las nociones de bueno y malo, de bueno y malvado, Nietzsche explica su origen
así: inicialmente las nociones de bueno
y malo fueron una creación de los
poderosos, de la casta de los señores.
Estos, que están poseídos por una vitalidad
ascendente (y un sentimiento de
distancia -pathos de la
distancia- que nace de esa vitalidad ascendente), crean valores para afirmarse
a sí mismos. Se califican a sí mismos de veraces, felices, justos, virtuosos,
queridos de Dios.
Pero los
sacerdotes, judíos y cristianos, que son una mezcla de señor y esclavo, en los
que confluyen la psicología del señor y la del esclavo, invierten esos valores, que tenían un sentido vital, y les dan un sentido moral.
Y así, lo que los antiguos señores denominaban bueno (con una simple
connotación vital, con el sentido vital de elevado, noble) le denominan los
sacerdotes malvado (con sentido moral). Y aquello que los antiguos señores
denominaban malo (con el sentido vital de bajo), le denominan los sacerdotes
bueno, bondadoso (con sentido moral).
-MORAL DE SEÑORES: la
moral de señores es, en terminología nietzscheana, toda moral afirmativa, que dice sí a la vida en la
tierra. Es aquel tipo de moral que surge de seres humanos capaces de crear sus
propios valores. Es igualmente una moral de hombres fuertes, capaces de asumir alegremente el componente trágico de la existencia.
El término «señor» tiene, en Nietzsche, un sentido
histórico: hace referencia a las antiguas castas dominantes; pero tiene,
también, un sentido vital y psicológico: hace referencia a aquellos individuos fuertes (esto es, activos, afirmativos),
capaces de asumir la vida tal como es, capaces de asumir el carácter trágico de
la existencia.
-MORAL DE ESCLAVOS: la
moral de los esclavos es la propia de individuos débiles.
Débiles son, en la terminología
de Nietzsche, aquellos individuos que son incapaces de asumir el componente
trágico de la vida, por lo que inventan un mundo ideal en el que refugiarse,
negando valor a este mundo real, sensible. (Ejemplos de esta moral de la
huida son la moral platónica y cristiana).
Esclavos son aquellos individuos
que no son capaces de darse a sí mismos sus propios valores, sus propias
normas, por lo que se someten a los sistemas gregarios de moral (la moral de
las Iglesias, de los partidos, de la patria o del Estado), que se guían por una
moral de rebaño.
El término «esclavo» tiene, en Nietzsche, un
sentido histórico y vital-psicológico. Esclavos son los individuos sometidos
del mundo antiguo, pero también los individuos débiles (es decir, pasivos,
reactivos), arrastrados por una vitalidad descendente, que les vuelve
incapaces de asumir la vida tal cual es, por lo que reniegan de la vida y se
convierten en seres resentidos frente al mundo.
-NIHILISMO: término que procede de nihil, que significa nada.
Nihilista es la actitud que niega realidad al mundo (nihilismo ontológico); que
niega la posibilidad de conocer la realidad (nihilismo epistemológico); o que
niega la existencia de valores o principios morales (nihilismo moral).
El nihilismo
aparece como un concepto clave de la filosofía de Nietzsche, para quien la
historia de la metafísica occidental es la historia de un proceso nihilista.
Metafísica es, para Nietzsche, aquella actitud que defiende la existencia de
una realidad suprasensible (una realidad más allá del mundo físico, que sería
la auténtica realidad), tal como han hecho Platón y el cristianismo. Pero con
ello el mundo sensible queda devaluado, se convierte en una realidad
secundaria, en algo irreal, en nada. Esto es el nihilismo negativo, frente al cual Nietzsche defiende un nihilismo positivo, que consistiría en
negarle valor a esta actitud misma (a la visión del mundo platónico-cristiana),
lo que crearía las condiciones para establecer nuevas valoraciones,
valoraciones que digan sí a la vida en la tierra.
-SUPERHOMBRE: término empleado por
Nietzsche para referirse a aquel tipo humano movido por una moral afirmativa, que se afirma a sí
mismo. Un tipo humano en el que la voluntad
de poder es máxima (recordemos que la voluntad de poder es la voluntad de
afirmarse a sí misma yendo más allá de sí misma). Pero la máxima expresión de
la voluntad de poder es el eterno
retorno de lo mismo, porque implicar querer la totalidad de lo que hay. Por
eso el superhombre puede ser entendido también como el tipo humano capaz de
querer el eterno retorno de lo mismo.
-VOLUNTAD DE PODER:
según Nietzsche la voluntad de poder constituye la esencia de la vida, pero entendiendo la vida como la
totalidad dinámica de lo que hay (algo similar a la physis presocrática).
La voluntad de
poder es un impulso de todo a «afirmarse» a sí mismo,
que le lleva a «ir más allá»
de sí mismo. Esto quiere decir lo siguiente: la voluntad de poder es voluntad
afirmativa, de afirmarse a sí misma. Pero, como está en la naturaleza de la
voluntad el ir más allá de sí misma (puesta toda voluntad es «voluntad de»), al
afirmarse a sí misma afirma ese impulso a ir más allá de sí misma, a
sobrepasarse a sí misma.
Este impulso a
ir más allá de sí misma es lo que lleva a la voluntad de poder, a la vida, a la
creación incesante de formas nuevas, y sobre todo, de valores nuevos. Por eso
se puede decir que voluntad de poder es una voluntad de crear, y se manifiesta
en el arte y en el artista mejor que en cualquier otra expresión humana.
-ETERNO RETORNO: categoría ontológica y moral desarrollada por Nietzsche con la que pretende: (1) Pensar
lo sensible (la realidad cambiante,
el devenir) de modo que aparezca como el ser
pleno, como la auténtica realidad. Para ello se trataría de pensar el
mundo como si cada instante fuese a retornar, y volviese a hacerlo, y así por
toda la eternidad. De ese modo se asume la realidad sensible (en la que todo
pasa) pero de tal modo que lo sensible no aparece como aquello que se está
continuamente aniquilando (puesto que todo retorna). (2) Hacer de la vida (de la vida sensible, terrena), el
valor supremo. Pues si, efectivamente,
cada instante es eterno, no puede haber nada que tenga un valor superior a ese
instante. Pero al mismo tiempo, no hay modo de escaparse de ese instante para
juzgarlo desde fuera, desde una instancia exterior, un supramundo. (3)
Eliminar de la vida todo lo mezquino, lo pequeño, eliminar todo querer a medias. Pues si, efectivamente, todo
retorna, solo podremos querer aquello que estemos dispuestos a asumir que
retorne eternamente.
-ORTEGA
Y GASSET-
(mundo, circunstancia, perspectiva,
razón vital, ideas, creencias, razón histórica)
-MUNDO: en la terminología de Ortega el mundo es la
circunstancia en la que siempre estamos instalados. Ortega critica la idea
cartesiana de un yo, convertido en una sustancia, en algo que existe al margen
del mundo. El mundo y el yo se dan uno en relación al otro. No puede haber yo
sin mundo, porque el yo, la conciencia, siempre es «conciencia de» algo.
También se puede entender el concepto de mundo en
Ortega como la totalidad de las perspectivas.
-CIRCUNSTANCIA: en terminología de Ortega, es el ámbito en el que se
realiza «mi vida», la vida de cada cual, y que como tal ámbito forma parte de
la misma vida personal, imponiéndole unas determinaciones relativas. (Yo soy yo
y mis circunstancias).
-PERSPECTIVISMO/PERSPECTIVA:
categoría empleada por Ortega para designar el hecho de que la realidad (en
especial la realidad que tiene que ver con la vida, con los fenómenos vitales)
se da siempre desde una perspectiva, lo que viene a querer decir que no hay un
punto de vista, sub specie aeternitatis,
esto es, absoluto y suprahistórico.
-RAZÓN VITAL: Ortega emplea esta
expresión para referirse a un tipo de racionalidad que nos permita tratar los
fenómenos vitales e históricos. Contrapone este tipo de razón a la razón
matemática, que triunfa en la modernidad, y, en general, al tipo de
racionalidad que se viene imponiendo ya desde Sócrates, que reduce lo racional
a conceptos, que son universales e inmutables. Tal tipo de racionalidad valdría
para tratar los fenómenos naturales (en la medida en que estos son inmutables,
así las leyes de la física son válidas por igual para todos los hombres y todos
los tiempos), pero no valdría para explicar los fenómenos que tienen que ver
con la vida humana, que es cambiante, perspectivística, histórica
La
razón vital ha de emplear categorías apropiadas para explicar los fenómenos
vitales, categorías como las de perspectiva, circunstancia, temporalidad,
libertad, proyecto, encontrarse, etc.
-IDEAS: Ortega contrapone las ideas a las creencias. La diferencia fundamental es que las ideas «se tienen»,
pero las creencias nos tienen a nosotros, en las creencias «se está».
Las
ideas de las que hablan Ortega pueden tener distintos grados de verdad, pueden ser simples opiniones acerca de cosas intrascendentes o pueden ser teorías científicas. Pero lo que
caracteriza a las ideas es que son cosas que nosotros manejamos, de manera más o menos consciente. Las ideas
pueden acabar convertidas en creencias, cuando adquieren un arraigo en el
individuo que ya dejan de ser discutibles y pasar a formar parte de eso con lo
que contamos, sin platearnos ni siquiera su verdad.
-CREENCIAS: Ortega contrapone las ideas a las creencias. La diferencia fundamental es que las ideas «se tienen»,
pero las creencias nos tienen a nosotros, en las creencias «se está».
Las
creencias forman la base sobre la que construyo mi propio ser, y operan sobre
mí, por lo general de manera inconsciente. Así, cuando me dispongo a salir a la
calle opera sobre mí, sin yo ser consciente de ello, la convicción firme, la
creencia, de que hay calle.
La
cristalización y cambio del sistema de creencias son un claro ejemplo de que el
hombre es un ser histórico.
-RAZÓN HISTÓRICA: a
veces Ortega parece usar las expresiones razón vital y razón histórica como
sinónimas. Y a veces la expresión razón histórica aparece en el pensamiento
maduro de Ortega como sustituto de razón vital.
En
todo caso la razón histórica es un tipo de razón que pretende superar la
identificación de la razón con la razón matemática, que sirve para explicar los
fenómenos naturales, pero no los vitales, los históricos (llegado a un cierto
punto Ortega parece dar a entender que lo vital humano es siempre histórico).
Es más, la razón científica, matemática, trataría de «explicar» los fenómenos, pero la razón histórica trataría de «comprenderlos». Comprenderlos es
entenderlos «desde dentro», por así decirlo, entender el sentido que tienen. Y solo pueden tener sentido los productor de un
ser consciente (los productos humanos, la historia).
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