NIETZSCHE: Así habló Zaratustra. Prólogo. &4.
«Mas Zaratustra contempló al
pueblo y se maravilló. Luego habló así:
El hombre es una cuerda tendida
entre el animal y el superhombre, -una cuerda sobre un abismo.
Un peligroso pasar al otro
lado, un peligroso caminar, un peligroso mirar atrás, un peligroso estremecerse
y pararse.
La grandeza del hombre está en ser
un puente y no una meta: lo que en el hombre se puede amar es que es
un tránsito y un ocaso.
Yo amo a quienes no saben vivir
de otro modo que hundiéndose en su ocaso, pues ellos son los que pasan
al otro lado.
Yo amo a los grandes
despreciadores, pues ellos son los grandes veneradores, y flechas del anhelo
hacia la otra orilla.
Yo amo a quienes, para hundirse
en su ocaso y sacrificarse, no buscan una razón detrás de las estrellas:
sino que se sacrifican a la tierra para que esta llegue alguna vez a ser del
superhombre.»
F. Nietzsche: Así habló Zaratustra, p. 36. Alianza
Editorial S. A. Madrid, 1984
CUESTIONES:
1.
Sitúe el texto en su contexto histórico-filosófico, identifique el problema a
que responde y su temática, y exponga la o las tesis que sustenta y los
argumentos que emplea. (Valoración 0-2,5 puntos).
2.
Analice y explique el significado de los términos o expresiones subrayados en
el texto y muestre su sentido. (Valoración 0-2,5 puntos)
3.
La genealogía de la moral: moral de esclavos y moral de señores. (Valoración
0-2,5 puntos)
4.
Exponga las relaciones de semejanza o diferencia de Nietzsche con otro autor o
corriente filosófica. (Valoración 0-2,5 puntos.)
Cuestión
1:
● Nietzsche es un pensador que
vive en la segunda mitad del siglo XIX. Su obra está fuertemente influida por Schopenhauer, Richard Wagner y el pensamiento griego antiguo.
De Schopenhauer toma la concepción
trágica de la vida pero invirtiendo la valoración que hace de esta, de
modo que frente al pesimismo trágico de Schopenhauer Nietzsche defiende lo que
podríamos denominar un optimismo trágico.
Ese optimismo trágico creyó
descubrirlo Nietzsche en el pensamiento griego antiguo, donde, pese a que la
vida es identificada como devenir, tensión, conflicto, lucha, transformación, eso
no lleva a los griegos antiguos a renegar de la existencia, sino a
transfigurarla bajo la óptica del arte.
Finalmente el concepto de obra
de arte total que Wagner aplicaba a su concepción de la opera le
inspirará a Nietzsche la concepción de la vida como arte y su metafísica del artista: el arte es más
adecuado que la ciencia para expresar la vida, pues la ciencia reduce todo a
concepto, y, en último término, a concepto matemático, lo que fosiliza lo vivo.
Mientras que el arte convive con la tensión, con el conflicto, no los
destierra, no los esconde. El arte se vale de la metáfora, de la insinuación,
de la emoción, por lo que admite una interpretación siempre viva y renovada.
El
pensamiento de Nietzsche, despreciado en principio por la filosofía oficial,
tiene una gran acogida entre el mundo artístico (novelistas, poetas e, incluso,
músicos), ejerciendo una gran influencia sobre escritores como Thomas
Mann, Hermann Hesse, Robert Musil, André Gide, Rilke,
etc. Más tarde será sucesivamente apropiado, con finalidades políticas,
por anarquistas, nacionalsocialistas, cierta derecha aristocratizante,
etc. A partir de los años 60 del pasado siglo ha quedado plenamente integrado
dentro del pensamiento filosófico occidental como uno de sus más lúcidos
críticos.
●● El texto esta sacado de lo
que para muchos es la obra cumbre de Nietzsche. En dicha obra Nietzsche recurre
a Zaratustra para transmitir algunas
de las propuestas fundamentales de su doctrina: la idea del superhombre, el eterno retorno de lo mismo, la muerte
de Dios y la concepción de la vida como voluntad de poder.
Zaratustra fue un profeta
persa, que vivió en el siglo VI a. C., fundador del mazdeísmo, la primera
religión que interpreta la historia del universo como una lucha entre el bien y
el mal. Nietzsche echa mano de este legendario profeta persa porque «ya que fue
el primero en interpretar el mundo en clave moral será también el primero en
reconocer su error y situarse más allá del bien y del mal».
● En este texto Nietzsche, por
boca de Zaratustra, anuncia el superhombre; al mismo tiempo que presenta al
hombre como un puente hacia el superhombre, por lo que el hombre no es un fin
en sí.
● Tras la crítica a la moral y
la metafísica occidental que conducen al nihilismo
(esto es, a la pérdida de sentido, de orientación para la voluntad) Nietzsche desarrolla
un nuevo proyecto, una nueva interpretación de la realidad. Este proyecto
comienza por el desarrollo de nuevos valores (transvaloración de todos los
valores), que nos permitan enfrentarnos con la vida (sensible, material, terrenal)
de una manera afirmativa.
Un papel destacado en este
nuevo proyecto lo representa el superhombre.
El superhombre pretende dotar a la vida humana de un nuevo sentido, constituye
un nuevo comienzo. Pero un sentido vinculado a la tierra, a la realidad
material, que no suponga subordinar lo real y mundano a ningún supramundo (al
estilo del mundo de las Ideas platónico o el cielo cristiano).
Otra idea que aparece en este
texto, vinculada a la anterior, es que el hombre es un puente, un tránsito, y no una meta. Esto puede entenderse como una
inversión de la tesis kantiana de que el hombre es un fin en sí mismo (recordemos
que según Kant guiar la voluntad por el imperativo categórico habría de
conducir a un “reino de los fines”). Frente a Kant, Nietzsche considera que el
hombre históricamente dado es un ser guiado por el resentimiento frente al
mundo, guiado por una moral de esclavos,
que lo debilita y lo convierte en animal de rebaño, y que, finalmente, se ve
abocado al sinsentido, al nihilismo. Por ello el hombre solo tiene valor en
cuanto puede ser un puente hacia el superhombre.
Por eso dice Zaratustra que «Yo
amo a quiénes no saben vivir de otra manera que hundiéndose en su ocaso». Con
esto quiere decir que, al igual que el sol se hunde en su ocaso y resurge por
el otro lado de la tierra (al menos según parece mostrarnos la experiencia
cotidiana), el hombre debe hundirse para renacer como superhombre.
Cuestión
2
-superhombre: por superhombre entiende el
individuo en el que la voluntad de poder (voluntad afirmativa, de ir siempre
más allá de sí mismo, voluntad de crear) es máxima, el individuo capaz de
asumir la idea del eterno retorno de lo mismo. El superhombre es el que está
más allá del hombre en el sentido de que ha dejado atrás la miseria humana, el
nihilismo, el resentimiento, la mezquindad. Es el hombre que vive la vida de
modo absolutamente afirmativo. Y que ha superado, por tanto, toda visión
moral del mundo (entendiendo por moral lo que ya hemos explicado: la moral de
la renuncia, del sometimiento a valores extramundanos, etc.).
-ser
un puente: con esta
expresión Nietzsche transmite la idea de que el hombre no es un fin en sí
mismo, en contra de la tradición kantiana, sino un medio para alcanzar el
superhombre. Nietzsche dice además, que en eso está la grandeza del hombre.
Pues el, hombre tal como se ha desarrollado históricamente, es un ser poseído
por el resentimiento frente al mundo, sometido a ideales abstractos y
transmundanos, incapaz de asumir la vida en la tierra tal como es.
-meta: este término hay que ponerlo
en relación con el anterior, pues el hombre es un medio, un puente, y no un
fin, una meta. La meta es un hombre transfigurado, el superhombre.
-hundiéndose en su ocaso: es el hombre que se niega, que destierra
de sí todo resentimiento, toda sed de venganza frente al mundo, es decir, que
niega lo que ha sido el hombre hasta ahora, para renacer como superhombre. Simboliza
también el nihilismo en su aspecto positivo, el nihilismo que, al negar los valores
dominantes hasta ahora, se niega a sí mismo.
-detrás
de las estrellas: Nietzsche
contrapone el hombre que se hunde en su ocaso, esto es, que se niega, pero para
renacer como superhombre, como un ideal vinculado a la tierra, vinculado a la
vida material, sensible, frente a quienes valoran el sacrificio y la
autoanulación en beneficio de un transmundo, un mundo suprasensible. Con la
expresión «buscar una razón detrás de las estrellas» se refiere a estos
últimos, que consideran que la auténtica realidad es una realidad suprafísica:
el mundo de las Ideas platónico o el cielo cristiano.
Cuestión
3: (A desarrollar).
Cuestión
4: VAMOS A COMPARAR A NIETZSCHE CON ORTEGA
● Entre el pensamiento de
Nietzsche y el de Ortega podemos encontrar una serie de similitudes:
Ambos filósofos ponen a la vida como centro de su filosofía.
Ambos critican la concepción
tradicional de la razón, aquella que identifica pensar racionalmente con pensar
mediante conceptos. Y ambos critican, sobre todo, la concepción moderna de la
razón, que identifica pensar racionalmente con pensar en términos matemáticos.
Ambos autores consideran que lo
vital, lo histórico, es cambiante, y no puede ser expresado mediante conceptos
universales, dados de una vez y para siempre.
Ambos defienden una concepción perspectivista de la verdad. No existe
una realidad en sí, que pueda ser descrita mediante verdades absolutas, sino
que toda verdad se da siempre desde un punto de vista.
Ambos son críticos con la
uniformización de la vida humana. Nietzsche critica la moral de rebaño, la moral que somete al individuo a las Iglesias,
los partidos o el Estado. Ortega es crítico con la reducción del individuo a la
masa en las sociedades modernas,
dando origen al hombre-masa, el
hombre mediocre, el hombre instalado en el igualitarismo y que no se exige nada
a sí mismo.
Ambos coinciden también en una
defensa de la «autenticidad». Nietzsche propone como ideal humano el
superhombre, que es el hombre fiel a sí mismo hasta el punto de querer el
Eterno Retorno de lo Mismo, lo que implica desterrar de su vida todo querer a
medias. Ortega defiende que los individuos y las colectividades deben ser fieles
a su propio ser, a la tarea que les es propia. Esta tarea está, para Ortega, en
función de la circunstancia en la que les ha tocado vivir.
● Ahora bien, ambos autores
discrepan tanto en su concepción de la vida como en la superación del
racionalismo clásico:
Así Nietzsche identifica la
vida con la voluntad de poder. La
vida sería un puro impuso a ser más, que lleva a la creación incesante de formas
nuevas. Cuando Ortega habla de la vida, se refiere a la vida humana, a la vida
personal, a «mi vida».
Dado que la racionalidad
clásica no puede expresar correctamente los aspectos vitales, dinámicos, de la
realidad, Nietzsche niega validez a la ciencia y a la metafísica tradicional.
En su lugar pone al arte, como el modo más apropiado de expresar lo vital, como
una forma más profunda de acercarse a la realidad. Pretende, según sus propias
palabras, desarrollar una metafísica de
artista. Pero esto le lleva a colindar con el irracionalismo. Ortega considera que si el modo tradicional de
entender la razón no es apropiado para tratar con los fenómenos cambiantes, los
fenómenos vitales e históricos, eso se debe a que desde Sócrates y, sobre todo,
desde el pensamiento moderno, se produjo una reducción de la razón. Pero lo que
hay que hacer no es abandonar la razón y adoptar actitudes irracionalistas,
sino elaborar un nuevo modelo de racionalidad, una racionalidad más amplia. Hay
que sustituir la razón pura por la «razón
vital».
Nietzsche es un pensador vitalista, la vida, entendida como puro
impulso a ir más allá de sí misma, es la fuente de toda valoración. Ortega es
un pensador raciovitalista, la vida
no es puro impulso ciego e irracional, pues la vida tiene a la razón como
instrumento a su servicio.
Nietzsche, pese a su pretensión
de haber superado la metafísica, y por ello de haber superado la concepción que
identifica el ser con lo fijo, lo eterno, etc., sigue atrapado en la concepción
tradicional del ser. La razón es que para asimilar ser a devenir elabora su
teoría del Eterno Retorno de lo Mismo. Pero esta teoría acaba identificando el
ser con un presente eterno. Es
decir, al sostener que todo instante retorna y por ello es eterno, cae en un
“presentismo”. El instante pasa a ser real porque existe en una especie de
eterno presente. Ortega, por el contrario, defiende la temporalidad, con sus
tres dimensiones de pasado, presente, y futuro, como un componente de la vida
humana. Y sostiene que lo real es el acontecer,
que la realidad está hecha de sucesos, más que de cosas.
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