martes, 1 de septiembre de 2015

NIETZSCHE: Así habló Zaratustra. De las tres transformaciones.

«Tres transformaciones del espíritu os menciono: cómo el espíritu se convierte en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño.
Hay muchas cosas pesadas para el espíritu, para el espíritu fuerte, paciente, en el que habita la veneración: su fortaleza demanda cosas pesadas, e incluso las más pesadas de todas.
¿Qué es pesado? Así pregunta el espíritu paciente, y se arrodilla igual que el camello, y quiere que se le cargue bien. […]
Pero en lo más solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: en león se transforma aquí el espíritu, quiere conquistar su libertad como se conquista una presa, y ser señor de su propio desierto.
Aquí busca a su último señor: quiere convertirse en enemigo de él y de su último dios, con el gran dragón quiere pelear para conseguir la victoria.
¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere seguir llamando señor ni dios? «tú debes» se llama el gran dragón. Pero el espíritu del león dice «yo quiero». […]
Pero decidme hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?
Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí.»
F. Nietzsche: Así habló Zaratustra, p. 49. Alianza Editorial S. A. Madrid, 1984
CUESTIONES:
1. Sitúe el texto en su contexto histórico-filosófico, identifique el problema a que responde y su temática, y exponga la o las tesis que sustenta y los argumentos que emplea. (Valoración 0-2,5 puntos).
2. Analice y explique el significado de los términos o expresiones subrayados en el texto y muestre su sentido. (Valoración 0-2,5 puntos)
3. La genealogía de la moral: moral de esclavos y moral de señores. (Valoración 0-2,5 puntos)
4. Exponga las relaciones de semejanza o diferencia de Nietzsche con otro autor o corriente filosófica. (Valoración 0-2,5 puntos.)

Cuestión 1:
● Nietzsche es un pensador que vive en la segunda mitad del siglo XIX. Su obra está fuertemente influida por Schopenhauer, Richard Wagner y el pensamiento griego antiguo.
De Schopenhauer toma la concepción trágica de la vida pero invirtiendo la valoración que hace de esta, de modo que frente al pesimismo trágico de Schopenhauer Nietzsche defiende lo que podríamos denominar un optimismo trágico.
Ese optimismo trágico creyó descubrirlo Nietzsche en el pensamiento griego antiguo, donde, pese a que la vida es identificada como devenir, tensión, conflicto, lucha, transformación, eso no lleva a los griegos antiguos a renegar de la existencia, sino a transfigurarla bajo la óptica del arte.
Finalmente el concepto de obra de arte total que Wagner aplicaba a su concepción de la opera le inspirará a Nietzsche la concepción de la vida como arte y su metafísica del artista: el arte es más adecuado que la ciencia para expresar la vida, pues la ciencia reduce todo a concepto, y, en último término, a concepto matemático, lo que fosiliza lo vivo. Mientras que el arte convive con la tensión, con el conflicto, no los destierra, no los esconde. El arte se vale de la metáfora, de la insinuación, de la emoción, por lo que admite una interpretación siempre viva y renovada.
El pensamiento de Nietzsche, despreciado en principio por la filosofía ofi­cial, tiene una gran acogida en­tre el mundo ar­tístico (novelistas, poetas e, in­cluso, músicos), ejerciendo una gran in­fluen­cia sobre escritores como Tho­mas Mann, Hermann Hesse, Robert Musil, André Gide, Rilke, etc. Más tarde será su­ce­si­vamente apro­pia­do, con finalidades políticas, por anar­quis­tas, na­cio­nal­so­cia­lis­tas, cierta derecha aristocratizante, etc. A partir de los años 60 del pasado siglo ha quedado ple­namente integrado dentro del pensamiento filo­só­fico occi­den­tal como uno de sus más lúcidos críticos.
●● El texto esta sacado de lo que para muchos es la obra cumbre de Nietzsche. En dicha obra Nietzsche recurre a Zaratustra para transmitir algunas de las propuestas fundamentales de su doctrina: la idea del superhombre, el eterno retorno de lo mismo, la muerte de Dios y la concepción de la vida como voluntad de poder.
Zaratustra fue un profeta persa, que vivió en el siglo VI a. C., fundador del mazdeísmo, la primera religión que interpreta la historia del universo como una lucha entre el bien y el mal. Nietzsche echa mano de este legendario profeta persa porque «ya que fue el primero en interpretar el mundo en clave moral será también el primero en reconocer su error y situarse más allá del bien y del mal».
● En este capítulo, titulado «De las tres transformaciones», Nietzsche, por boca de Zaratustra, muestra, mediante metáforas, la transformación del hombre histórico, el hombre religioso, el hombre moral, en superhombre.
● El hombre que se ha desarrollado históricamente en la civilización occidental es fruto de la moral y la metafísica. Por moral entiende Nietzsche aquella doctrina de los valores que ponen como buenos a los valores que debilitan al hombre, que lo hacen sumiso (a las iglesias, al futuro, al deber). Esta moral, a la que Nietzsche llama moral de esclavos, nace de los individuos débiles, incapaces de asumir el devenir, el carácter trágico de la existencia. Por metafísica entiende aquel tipo de filosofía que divide el mundo en mundo sensible y mundo suprasensible, y que pone el ser, la verdad y el bien del lado del suprasensible, con lo que el mundo sensible queda devaluado.
Pues bien, el camello representa para Nietzsche al hombre cristiano-occidental, que se hace finalmente kantiano, el hombre que carga con la moral del deber a cuestas. Este hombre sufre la primera transformación cuando rechaza esta moral de la renuncia, del resentimiento frente al mundo y del deber para sustituirlo por la libertad de la voluntad. Esto es lo que simboliza el león. Que, según algunos intérpretes, podría representar al hombre ilustrado. Aunque, parece más probable que simbolice simplemente al nihilista activo, al nihilismo en su aspecto positivo, que rechaza los antiguos valores en nombre de la libertad de la voluntad (yo quiero frente al tú debes). Finalmente la tercera transformación, simbolizada por el niño, representa al superhombre. Representa un nuevo comienzo, un comienzo donde predomina la inocencia (la desculpabilización de toda creación, de toda obra humana, del mundo en general), y el olvido (es decir, la ruptura radical con la historia de occidente, un nuevo comienzo sin ataduras del pasado).
El niño trae consigo “un santo decir sí”, es decir, la afirmación de la vida, aquí, en la tierra, la afirmación del devenir (simbolizado como juego). Simboliza al hombre que ya no está resentido frente al mundo, frente a la vida.

Cuestión 2:
-transformaciones: en general podemos decir que Nietzsche defiende una concepción dinámica de la realidad. Se puede considerar un seguidor contemporáneo de Heráclito. Ensalza el devenir, el cambio, lo sensible.
Aquí se centra en el devenir del ser humano. Nietzsche dice que lo que valora del hombre es que es un tránsito hacia el superhombre. El hombre, tal como ha sido configurado por la civilización cristiano-occidental, el hombre moral, cargado de resentimiento hacia el mundo físico, material, hacia la tierra, debe ser superado, transformarse. Aquí narra esa transformación a partir de una metáfora: el camello se transforma en león y el león en niño.
También se puede ver tras esa idea una crítica a la idea kantiana de que el hombre es un fin es sí mismo. Por el contrario, Nietzsche ve en el hombre solo un medio hacia el superhombre.
-camello: simboliza al tipo de hombre que se impone a partir del Platón y el cristianismo, hombre sometido a la moral, que culmina con la ética kantiana del deber. Por eso dice que el «tú debes» es el dragón al que debe enfrentarse el león. El camello es un animal de carga, con el Nietzsche simboliza el hombre que carga con la moral del resentimiento frente a la vida, con la moral del deber. Simboliza al hombre humilde, resignado, paciente, que ha propiciado esa moral. Simboliza también al hombre religioso, que se humilla ante su dios.
-león: el león representa al hombre crítico, que se libra de esa moral de esclavos, esa moral que es una carga que le viene impuesta. El león antepone su voluntad a la carga que le impone la moral del deber. El león puede simbolizar también el nihilismo en su aspecto positivo, activo, el nihilismo que lleva a negar valor a los valores tradicionales, y que prepara el terreno para un nuevo comienzo.
-niño: el niño significa un nuevo comienzo. Con el niño Nietzsche pretende simbolizar el nuevo hombre, el superhombre, caracterizado por la inocencia, esto es, por estar más allá de la moral, más allá del bien y del mal, y por la creación. Al igual que el niño juega, y se afirma a sí mismo a través del juego, el superhombre se afirma a sí mismo a través de la creación que ya no está atada a nada, ni a la moral, ni siquiera a la memoria (a la historia), por eso dice que el niño es olvido.
-inocencia: con este término Nietzsche pretende describir el estado del hombre que se sitúa más allá de la moral, más allá del bien y del mal. Al hombre que se ha desembarazado de toda “culpa”, y que ha desembarazado de culpa al mundo material, terrenal, físico. De modo que ya no puede ser juzgado desde fuera, desde un supramundo: el mundo de las Ideas platónico, o el Dios cristiano.

Cuestión 3: (A desarrollar).


Cuestión 4: (A desarrollar).

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