martes, 1 de septiembre de 2015

SANTO TOMÁS: Suma Teológica, Primera Parte, Cuestión 2.

«Una proposición puede ser evidente de dos maneras: en sí misma, pero no para nosotros, o en sí misma y para nosotros. Una proposición es evidente en sí misma, si el predicado está incluido en el concepto del sujeto: por ejemplo: «el hombre es un animal», «pues animal» está incluido en el concepto de hombre. Por consiguiente, si todos conociesen la naturaleza del sujeto y del predicado de cualquier proposición, esta sería evidente para todos, como lo son los primeros principios, cuyos términos –ser y no ser, todo y parte, y otros semejantes- son tan conocidos que nadie los ignora. Si, por el contrario, algunos desconocen la naturaleza del predicado y el sujeto, la proposición será sin duda evidente en sí misma, pero no lo será para quienes lo ignoran. Por ello sucede, como dice Boecio, que hay ciertos conceptos comunes que solo son evidentes para los sabios, como que “lo incorpóreo no ocupar lugar”.»
CUESTIONES:
1. Sitúe el texto en su contexto histórico-filosófico, identifique el problema a que responde y su temática, y exponga la o las tesis que sustenta y los argumentos que emplea. (Valoración 0-2,5 puntos).
2. Analice y explique el significado de los términos o expresiones subrayados en el texto y muestre su sentido. (Valoración 0-2,5 puntos).
3. Las relaciones fe-razón en Tomás de Aquino. (Valoración 0-2,5 puntos).
4. Exponga las relaciones de semejanza o diferencia de Tomás de Aquino con otro autor o corriente filosófica. (Valoración 0-2,5 puntos).

Cuestión 1:
● Tomás de Aquino es un filósofo y teólogo italiano que vive en el siglo XIII.  Fue el más destacado representante de la filosofía escolástica, hasta tal punto que muchas veces se identifica la escolástica con su doctrina.
Escribió numerosas obras entre las que destacan sus monumentales sumas (la Suma contra gentiles y, sobre todo, la Suma teológica).
Recibió influencias de numerosos filósofos cristianos, judíos y musulmanes, tales como san Agustín, san Alberto Magno, Avicena, Averroes, Maimónides, etc.; pero el filósofo que le influye de modo más determinante es Aristóteles. Le influye hasta tal punto que se puede decir que la obra de Tomás de Aquino es una reelaboración en clave cristiana del sistema aristotélico.
Pero al mismo tiempo fue un filósofo muy influyente en el mundo cristiano. Su obra se convirtió durante siglos en la filosofía cuasi-oficial de la Iglesia católica.
El texto pertenece a la Suma teológica. Las Sumas eran un tipo habitual de literatura filosófico-teológica empleado por la escolástica. Se trataba de escritos muy amplios que a veces abarcaban toda una disciplina.
● En este texto Tomás de Aquino explica la diferencia entre los dos modos de ser evidente una proposición. Una proposición puede ser evidente de dos maneras: (1) En sí misma, pero no para nosotros. (2) En sí misma y para nosotros. El objetivo final de Tomás de Aquino es aclarar si la proposición «Dios existe» es evidente.
● Pues bien, una proposición es evidente en sí misma cuando el predicado está incluido en el sujeto, lo que, dicho de otro modo, quiere decir que del análisis del significado del sujeto se infiere, se saca, el predicado. Así por ejemplo, analizando el significado de “abuela” se puede sacar que “es la madre de la madre o del padre de alguien”, o analizando el significado de “todo” y de “parte” se puede sacar que “el todo es más que cualquiera de sus partes”. Por lo tanto, proposiciones como: «Una abuela es la madre de la madre o del padre de alguien» o  «el todo es mayor que sus partes» son proposiciones evidentes en sí mismas.
Sin embargo una proposición puede ser evidente en sí misma, pero no para nosotros. Eso sucede cuando nosotros no conocemos, o no conocemos de modo claro, el significado del sujeto o el predicado de tal oración. Así la proposición «la Alliaria petiolata forma parte de la familia de las cruciferae» es evidente en sí misma, pues quien conozca lo que es una “alliaria petiolata” y cuáles son las características de las “cruciferae” tendría que concluir que la primera forma parte de las segundas. Pero tal proposición solo es evidente para quienes conozcan los significados de tales términos, no para los demás. De mismo modo, la proposición «Dios existe» es evidente en sí misma. Pues el que conozca la naturaleza de Dios tendría que concluir que existe necesariamente; pues en Dios, dado que es un ser infinito y simple, no hay separación entre esencia y existencia, o dicho de otro modo, es un ser que existe necesariamente. Pero no todos conocemos lo que es Dios. De hecho, a lo largo de la historia muchos han identificado a Dios con seres corporales finitos y limitados (por ejemplo, los dioses griegos o romanos) que, como tales, no tienen necesariamente por qué existir.
Concluyendo: la proposición «Dios existe» es evidente en sí misma, pero no para nosotros.

Cuestión 2:
-proposición: Una proposición es un enunciado en el que se dice algo acerca de algo. Donde, por lo tanto, se estable una conexión entre un sujeto y un predicado, en la que el sujeto se afirma o se niega del predicado. Ejemplos: «Los hombres son mortales», «Los hombres no son aves».
-naturaleza: Tomás de Aquino emplea el término naturaleza del mismo modo que Aristóteles. En Aristóteles el término “naturaleza” aparece con dos sentidos. En un sentido general, por naturaleza entienden todo aquello que tiene en sí un principio de movimiento o estancia (es decir, natural es aquello que llega a ser lo que es por sí mismo; y se contrapone a lo artificial, que es aquello que llega a ser en virtud de la técnica o arte humanos). Pero también emplea el término naturaleza para referirse a lo que una cosa es en el fondo, a su esencia (que viene dada por su forma sustancial). Y es en este segundo sentido en el que se está empleando el término naturaleza en este texto.
-primeros principios: Para Tomás de Aquino, al igual que para Aristóteles, “principio” es lo primero a partir de lo cual algo es o se conoce. Así, son principios la “materia prima” y la “forma sustancial” (pues a partir de ellas las sustancias o cosas llegan a ser lo que son), o el “principio de identidad” o el “principio de no contradicción” (pues a partir de ellos podemos pensar). En este texto con la expresión primeros principios se refiere a aquellas verdades que son evidentes por sí mismas, que no necesitan ser deducidas a partir de otras. Tales como «El todo es mayor que la parte», «Toda cosa es igual a sí misma», «No es posible que algo sea y no sea la misma cosa al mismo tiempo», etc.
-evidente: Evidente es todo aquello de lo que no se puede dudar, aquello cuyo contrario no puede ser pensado. Lo evidente es fruto de una intuición intelectual, es decir, es captado directamente por el entendimiento.
-conceptos comunes: En general un concepto es una representación mental de algo universal. Para Tomás de Aquino el concepto (también llamado verbum mentis = palabra mental) se forma cuando el entendimiento agente abstrae la esencia a partir de la imagen sensible o fantasma, proyectándola luego sobre el entendimiento paciente, de modo que su capacidad para conocer esencias se actualiza. El concepto o verbum mentis es ese entendimiento paciente hecho acto. Con la expresión conceptos comunes hace referencia a ciertos conceptos que son de uso habitual en la filosofía o la teología. No obstante, muchos de estos conceptos pueden carecer de significado para el común de los mortales.

Cuestión 3: (A desarrollar).

Cuestión 4: VAMOS A COMPARAR A TOMÁS DE AQUINO CON ARISTÓTELES.
Tomás de Aquino comparte muchas de las tesis de Aristóteles. No en vano la obra de Tomás de Aquino está construida sobre una base aristotélica.
● Así entre las similitudes encontramos:
Tanto Aristóteles como Tomás de Aquino definen lo natural como aquello que cambia por sí mismo. También consideran que la naturaleza está compuesta por sustancias con sus accidentes, que las sustancias están compuestas de materia primera y forma sustancial (hylemorfismo), que el movimiento consiste en pasar de ser en potencia a ser en acto, que existen cuatro tipos de cambio y cuatro causas del cambio, etc.
Comparten igualmente que existe un Primer motor inmóvil, que es causa final del movimiento.
También comparten la tesis de que el alma es la forma sustancial del cuerpo de los seres vivos.
Que conocer es conocer lo universal. Que el universal se obtiene por un proceso de abstracción mediante el cual el entendimiento adopta la forma sustancial separada de la materia.
Igualmente la ética de ambos está basada en la tesis de que el fin último de los hombres es la felicidad.
Y también consideran ambos que el hombre es por naturaleza un ser social.
● Pero Aristóteles y Tomás de Aquino se diferencian en:
Para Aristóteles el mundo es eterno y necesario. Tomás de Aquino considera, sin embargo, que el mundo ha sido credo por Dios, que lo crea libremente. Lo que quiere decir que el mundo es contingente. Podría no haber existido.
Tomás de Aquino asume la existencia de un mundo de ideas o formas, al estilo platónico, si bien, constituyendo la mente de Dios. Aristóteles solo admite un tipo de universales: las formas sustanciales que organizan la materia.
A las cuatro causas aristotélicas (material, forma, eficiente y final) Tomás de Aquino añade la causalidad ejemplar. Esto significa que las ideas o formas existentes en la mente de Dios son tomadas por Éste como modelos para crear el mundo físico (y en ese sentido son causa ejemplar del mundo).
Aristóteles considera al alma inseparable del cuerpo. Tomás de Aquino considera que el alma es eterna y separable del cuerpo, aunque tras la muerte la parte vegetativa y sensitiva del alma pasan a estado potencial.
Tomás de Aquino, frente a Aristóteles, considera que la felicidad plena no se alcanza en este mundo, sino que se necesita de la salvación, mediante la cual el hombre puede contemplar a Dios. En esa contemplación reside la felicidad plena. Para alcanzar este estado son necesarias las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) que, lógicamente, no aparecen en el sistema aristotélico.
Finalmente, Aristóteles toma como modelo de Estado a las polis griegas. Tomás de Aquino a los incipientes Estados nacionales que comenzaban a constituirse en la Baja Edad Media.
Además Tomás de Aquino considera que la mejor forma de gobierno es una mezcla de monarquía, aristocracia y democracia. Y que los individuos no encuentran la plenitud en el Estado sino en la contemplación de Dios. Por eso en los asuntos relativos a la salvación el Estado debe estar subordinado a la Iglesia. Frente a Aristóteles que considera que en la polis se encuentra la autosuficiencia.

Cuestión 4: (OTRA OPCIÓN) VAMOS A COMPARAR A TOMÁS DE AQUINO CON DESCARTES
Tomás de Aquino parte de una ontología (concepción del ser, de la realidad) y una epistemología (concepción del conocimiento) de origen aristotélico. Descartes es uno de los fundadores de la concepción de la realidad y de la ciencia modernas.
Tomás de Aquino, siguiendo a Aristóteles, parte de un universo cualitativo: no todo puede ser reducidos a cantidades, matematizado. Siguiendo a Galileo, Descartes considera que el universo está escrito en caracteres matemáticos, esto es cuantificables.
Tomás de Aquino, siguiendo, una vez más, a Aristóteles, parte de una concepción organicista del universo. La naturaleza entera es explicada tomando como similitud el funcionamiento de los organismos. Por eso considera que todo está impulsado a alcanzar un fin. La matematización de la realidad lleva a Descartes a una concepción mecanicista de la naturaleza: la naturaleza es concebida como una máquina, esto es, como un conjunto de piezas que mueven a otras piezas por contacto.
Tomás de Aquino sostiene, siguiendo a Aristóteles, que el método conocimiento por excelencia es la demostración, un tipo de deducción que emplea silogismos (en los cuales a partir de unas verdades más generales se sacan unas verdades menos generales). Descartes considera que ese método no proporciona conocimiento nuevo. Por ello defiende como método apropiado una nueva concepción de la deducción: esta consiste en una síntesis en la que, a partir de verdades simples, se construyen verdades complejas.
Tomás de Aquino concibe la verdad como adecuación del entendimiento a las, cosas. Para Descartes la verdad es, ante todo, evidencia, certeza.
Tomás de Aquino es un pensador realista: considera que podemos conocer directamente la realidad tal como es en sí misma, dado que el conocimiento es una especie de reflejo de la realidad. Descartes es el iniciador del idealismo epistemológico. La realidad solo puede ser conocida a partir de las ideas construidas por el entendimiento.
Tomás de Aquino parte de la cosmología aristotélica: geocéntrica, geoestática, y en la que el cosmos es heterogéneo, esto es, los cuerpos bajo la esfera sublunar están constituidos de distintos materiales y tienen tipos de movimiento o cambio distintos que los de la esfera supralunar. Descartes considera que la Tierra no es el centro del cosmos sino un planeta más que gira en torno al sol, que es una estrella más. Por esa razón el cosmos es homogéneo, no hay ninguna diferencia entre los materiales, movimientos o leyes que rigen el comportamiento en la Tierra con respecto al resto de los cuerpos celeste.
Tomás de Aquino parte de la concepción aristotélica del movimiento: el movimiento es entendido como paso de ser en potencia a ser en acto. Descartes concibe el movimiento como desplazamiento de las partículas materiales en el espacio.
Para Tomás de Aquino el mundo natural está compuesto de sustancias con sus accidentes. Las sustancias son aquello que tiene realidad en sí mismo, y que está compuesto de materia primera y forma sustancial. Descartes entiende la sustancia como lo que solo necesita de Dios para existir, y sostiene que hay tres tipos de sustancias: sustancia pensante, sustancia infinita, y sustancia extensa.
Tomás de Aquino cree que el conocimiento se construye a partir de la experiencia, de la cual el entendimiento saca, mediante un proceso de abstracción, lo universal. También sostiene, como pensador medieval que es, que la fe tiene un papel en el conocimiento, incluso el papel más relevante, porque solo a través de la fe podemos tener un conocimiento de la naturaleza de Dios. También toma como punto de partida la tradición y ciertos libros y pensadores «con autoridad». Descartes es un pensador racionalista, la razón por sí sola produce todo el conocimiento posible, con independencia de la tradición la autoridad, la fe y hasta de la experiencia.
Tomás de Aquino rechaza la validez de los argumentos a priori para demostrar la existencia de Dios, esto es, rechaza el argumento ontológico, porque considera que este parte de una definición de Dios que solo podemos conocer a través de la fe. Descartes acepta el argumento ontológico como válido porque considera que la noción de Dios es una idea innata, construida por la razón.

Tomás de Aquino defiende una ética de la felicidad: siguiendo a Aristóteles considera que el fin último del ser humano es alcanzar la felicidad, identificada con la plenitud humana, que se alcanza con la práctica de las virtudes intelectuales y morales. Aunque, como pensador cristiano, considera que la felicidad completa solo se puede alcanzar con la salvación para la que se necesita de la práctica de las virtudes teologales. Descartes se limita a la defensa de lo que denomina una moral provisional, centrada en el cumplimiento de tres reglas: (1) Obedecer a las leyes y cos­tumbres del país. (2) Ser lo más firme y resuelto posible en el obrar. (3) Pro­cu­rar vencerse más bien a sí mismo que a la fortuna y esforzarse más bien por cam­biar los pen­samientos propios que el orden del mundo.

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