martes, 1 de septiembre de 2015

PLATÓN: República, Libro VII.

«Así pues, dije yo, el método dialéctico es el único que, haciendo desaparecer las hipótesis, avanza hasta el principio mismo para establecerlo sólidamente y sacando suavemente el ojo del alma del bárbaro lodazal en que estaba hundido, lo eleva hacia lo alto, sirviéndose, como de auxiliares y cooperadores en esta conversión, de las artes que hemos enumerado. Muchas veces las hemos llamado ciencias, para acomodarnos al uso; pero habría que darles otro nombre cuyo significado implicara más claridad que la opinión y más oscuridad que la ciencia. En algún momento de nuestro diálogo hemos utilizado el término de "inteligencia discursiva"; pero no me parece que debamos discutir sobre los nombres cuando tenemos ante nosotros realidades tan importantes que debemos examinar.»
CUESTIONES:
1. Sitúe el texto en su contexto histórico-filosófico, identifique el problema a que responde y su temática, y exponga la o las tesis que sustenta y los argumentos que emplea. (Valoración 0-2,5 puntos).
2. Analice y explique el significado de los términos o expresiones subrayados en el texto y muestre su sentido. (Valoración 0-2,5 puntos).
3. Teoría de las Ideas y noción de Bien en Platón. (Valoración 0-2,5 puntos).
4. Exponga las relaciones de semejanza o diferencia de Platón con otro autor o corriente filosófica. (Valoración 0-2,5 puntos).

Cuestión 1:
● Platón es un filósofo ateniense, que vive entre los siglos V y IV a. C. Es, por lo tanto, contemporáneo del movimiento sofista, frente al cual desarrolla, en buena media, su obra.
Platón combate los planteamientos políticos (comprometidos en su mayoría con el modelo democrático ateniense) y epistemológicos (relativistas y escépticos) de los sofistas. Frente a los primeros desarrolla su modelo de polis ideal, con un orden social jerarquizado y regido por el principio del mérito. Frente a los segundos, combate el relativismo y el escepticismo, intentando dar una nueva fundamentación al conocimiento y construyendo una nueva concepción de la realidad.
Para elaborar esa nueva concepción del conocimiento y de la realidad Platón recibe las influencias de los eléatas, los pitagóricos y, especialmente, de Sócrates, del que dice que fue el mejor y más sabio hombre de su tiempo.
De los eleáticos (Parménides y Zenón de Elea) asume Platón su concepción del ser y del conocimiento. Bajo la influencia eleática Platón sostiene que lo que es, es eterno, simple, inmutable. Igualmente sostiene que solo puede ser objeto de la razón, de la ciencia, lo simple e inmutable; el cambio y la multiplicidad no son racionalizables.
De Sócrates, asume Platón, una nueva definición de conocimiento: conocer es conocer lo universal. Y un nuevo método: el diálogo.
Los matemáticos pitagóricos le permiten descubrir una nueva manera de solucionar los problemas relativos al ser y al conocimiento: la auténtica realidad está constituida por ciertas entidades formales, no materiales (similares a las entidades matemáticas) que Platón denomina Ideas o Formas. Y, en consecuencia, el auténtico conocimiento consiste en el conocimiento de esas entidades.
● En este texto se plantea el problema, si bien de un modo implícito, de la fundamentación del conocimiento. A este respecto el texto desarrolla dos ideas básicas:
A.   Únicamente el método dialéctico permite la fundamentación del saber, pues solo el método dialéctico nos permite avanzar hasta descubrir el primer principio y fundamento de todo, que es la Idea de Bien.
B.   En esta tarea de buscar el fundamento del saber la dialéctica tiene como colaboradores a ciertas "artes" (se entiende que está hablando de la geometría y artes afines como la astronomía y tal vez la música) que son objeto de estudio de la razón discursiva. Tal razón discursiva funciona como un paso previo, como entrenamiento, para alcanzar el auténtico saber proporcionado por la dialéctica.
● Para entender el sentido del texto conviene aclarar previamente algunos antecedentes de la teoría platónica del conocimiento:
Para los presocráticos la realidad, a la que llaman naturaleza (physis), se nos presenta como un conjunto de cosas múltiples y cambiantes. Pues bien el conocimiento consistirá en buscar tras eso múltiple y cambiante un principio (o unos pocos principios) y un orden permanente a partir de los cuales explicar la multiplicidad cambiante. A este proceso le llamaban desvelamiento (alétheia).
Los sofistas, frente a los presocráticos, consideran que no hay principio alguno que buscar tras la multiplicidad y los cambios. La realidad es tal como aparece. Pero dado que la realidad está cambiando continuamente y que las cosas son múltiples y además están hechas de partes, que están a su vez hechas de partes, etc., el mundo no puede ser explicado racionalmente. No se puede decir qué “es”, en qué consiste. Solo lo que “parece ser” a unos o a otros. Dicho de otro modo, no hay una verdad que descubrir, por lo que no se puede fundamentar el conocimiento (escepticismo), el conocimiento está en función de las personas, de las épocas, de las culturas, etc., desde las que se explican las cosas (relativismo).
Pues bien, Sócrates considera que esta situación es insostenible, por lo que tratará de dar una nueva fundamentación del conocimiento que combata el escepticismo y el relativismo sofista. Para ello comienza por dar una nueva definición de en qué consiste conocer: conocer será conocer lo universal, y un nuevo modo de acceder al conocimiento: a través de un diálogo que constaría de dos momentos, la ironía y la mayéutica.
Sin embargo Sócrates no parece haber conseguido dar una definición universal de ninguna de esas cosas que le interesaban (saber qué es la justicia, qué es el bien, qué es la belleza, qué es un político, etc.).
Por ello, aunque Platón mantiene la definición socrática del conocimiento (conocer es conocer lo universal), considera, frente a Sócrates, que lo universal no se puede encontrar en el mundo sensible sino en el inteligible, y que para su conocimiento hará falta un nuevo método: la dialéctica.
¿Qué significa eso de que lo universal no se puede buscar en el mundo sensible sino en el inteligible?
Platón distingue entre dos niveles de realidad, y sus correspondientes dos niveles de conocimiento (que también aparecen reflejados en el texto):
1.    Por un lado está el mundo sensible, que es el mundo que podemos conocer a través de los sentidos: es una realidad cambiante, perecedera, constituida por entidades particulares y que carece de auténtico ser, que es mezcla de orden y caos, de ser y no ser.
2.    Por otro lado está el mundo de la Ideas, que son eternas, simples, universales, inmateriales, y que solo pueden ser conocidas a través del nous (inteligencia, entendimiento), la parte racional del alma.
Pues bien, el conocimiento del mundo sensible es mera opinión, dentro de la cual Platón diferencia a su vez dos niveles de conocimiento: la conjetura y la creencia. El conocimiento del mundo inteligible es auténtico conocimiento, es episteme, ciencia. Tal tipo de conocimiento se desarrolla siguiendo el método dialéctico. A medio camino entre la opinión y la ciencia sitúa Platón aquel tipo de conocimiento que aun siendo conocimiento de lo universal, necesita, sin embargo, del concurso de lo sensible y que está basado en hipótesis sin fundamentar. Tal sucede con el conocimiento de la geometría. A este tipo de conocimiento le llama razón (o inteligencia) discursiva.

Cuestión 2:
-método dialéctico: el término dialéctica procede de dialegein = diálogo. Pues bien, el empleo de dicho término para caracterizar a este método se debe a que del mismo modo que un diálogo nos permite avanzar en el conocimiento contrastando la información que aportan uno y otro dialogantes, el método dialéctico es todo método de conocimiento que nos permite avanzar a partir de la contraposición de tesis. En el caso de Platón el método dialéctico consiste en buscar lo que tienen en común dos Ideas, buscar, por decirlo así, la síntesis de esas dos Ideas, para poder ascender a una Idea superior, repitiendo el proceso hasta alcanzar la Idea de Bien, con lo que hemos alcanzado la cumbre de la realidad y el fundamento de todo el saber. Hecho esto se puede descender mediante un proceso puramente racional, dividiendo las Ideas de dos en dos (proceso que se conoce como dialéctica descendente o diáiresis), y obtener de este modo definiciones de las Ideas (que serán definiciones universales).
-hipótesis: Platón denomina así a una "verdad" que se da por supuesta, una verdad de la que se parte. Ahora bien, hay dos modos de emplear las hipótesis: (1) Podemos emplear una hipótesis para, a partir de ella, buscar su fun­da­men­to, su principio. De ese modo podremos, posteriormente, deducirla a partir de ese fundamento. Con ello la hipótesis que­da demostrada, deja de ser mera hipótesis. Este es el modo de operar de la dialéctica. Partimos de una Idea para as­cender hasta la cúspide de las Ideas, hasta la Idea de Bien, que es el fundamento de todo. Después des­cen­demos dia­léc­ticamente (diáiresis) hasta deducir la Idea de la que partíamos, acerca de la cual podemos dar, ahora, una de­fi­ni­ción precisa. (2) Podemos tomar la hipótesis como un supuesto y, a partir de ella, sacar conclusiones. Esto es lo que ha­­cen ciertas artes (como la geometría y otras semejantes) que emplean la razón discursiva. En este caso la hipótesis nun­ca llega a ser demostrada, deducida. Nunca deja de ser mera hipótesis. Por eso estas formas de saber son infe­rio­res al que proporciona la dialéctica. No son propiamente ciencias.
-principio mismo: se refiere aquí al fundamento de toda realidad, a la Idea de Bien, que por lo mismo será el fundamento de todo conocimiento. La Idea de Bien es el fundamento de toda la realidad porque es lo que tienen en común todas las Ideas, es aquello de lo que participan todas las Ideas, aquello que les hace ser Ideas. Dicho de otro modo, la Idea de Bien constituye la esencia, el ser, de las Ideas.
-bárbaro lodazal: en este texto Platón designa con este término al mundo sensible. Es un "bárbaro lodazal" porque tiene tendencia al caos, al no ser, como consecuencia de que esté constituido de materia, que para Platón es sinónimo de no ser, de caos.
-artes: el término artes lo emplea Platón para designar cualquier forma de saber, cualquier habilidad o destreza para desarrollar algo. Platón diferencia entre tres tipos de artes: La dialéctica, las artes orientadas a la producción o mantenimiento de lo producido (alfarería, albañilería, zapatería, etc.), y un tercer tipo que es al que se está refiriendo aquí constituido por aquellas artes que son objeto de estudio de la inteligencia discursiva (la geometría y artes que tienen a la geometría a su base, como la astronomía).
-opinión: Platón distingue entre conocimiento intelectual y mera opinión. La opinión es el conocimiento del mundo sensible, donde las cosas carecen de auténtico ser, por lo que solo pueden "parecer" una cosa u otra. Es decir, sobre ellas solo se puede opinar, pues no hay en ellas nada fijo, nada permanente, nada sólido. A su vez divide la opinión en dos niveles: el nivel más bajo de conocimiento corresponde a la imaginación o conjetura (eikasia), que es el conocimiento indirecto de los objetos sensibles, por encima de ella está la creencia o fe (pistis) que es el conocimiento directo de los objetos sensibles.
-ciencia: el término ciencia hace referencia al auténtico saber. Platón en este texto emplea este término para referirse al conocimiento de las Ideas, que se vale del método dialéctico. (Aunque en otros casos emplea el término ciencia como sinónimo de conocimiento universal, englobando dentro de la ciencia a la razón discursiva, y a la dialéctica.)
-inteligencia discursiva: (Dianoia, que también se traduce a veces por razón discursiva.) Se trata de aquel tipo de conocimiento que aun siendo conocimiento de lo universal necesita de imágenes sensibles para sacar conclusiones. Tal tipo de conocimiento necesita del discurso, de la elaboración (es dianoia, va de una intelección a otra), para conocer sus objetos (a diferencia, por ejemplo, del conocimiento de las Ideas, las cuales se conocen en una intuición intelectual directa). Tal tipo de conocimiento es el propio de la geometría, la aritmética y la astronomía.

Cuestión 3: (A desarrollar).

Cuestión 4: VAMOS A COMPARAR A PLATÓN CON ARISTÓTELES.
Platón comparte muchas de las tesis de Aristóteles. No en vano Platón fue maestro de Aristóteles. Pero Aristóteles fue un discípulo crítico. Por ello también hay numerosas diferencias entre ambos.
● Entre las similitudes encontramos:
 Ambos autores comienzan por diferenciar entre conocimiento sensible, que es conocimiento de lo particular, obtenido a través de los sentidos, y conocimiento intelectual, que es conocimiento de lo universal, obtenido a través del entendimiento (nous).
Ambos autores coinciden también en considerar que la forma de conocimiento plena es el conocimiento de lo universal.
También coinciden en que lo universal constituye la esencia o principio de las cosas.
Ambos coinciden en considerar que el ser humano es un compuesto de cuerpo y alma. Y coinciden en diferenciar tres partes en el alma: concupiscible (o apetitiva), irascible (o volitiva) y racional.
También consideran ambos que el ser humano es un ser social por naturaleza, que solo puede realizarse plenamente en el seno de la polis.
● Pero Platón y Aristóteles discrepan en las varias cuestiones:
Aristóteles rechaza que las esencias estén separadas de las cosas. Niega, por lo tanto, que exista un mundo de ideas o formas separadas de las cosas sensibles. Por el contrario, para Aristóteles las esencias, que residen en las formas sustanciales, se encuentran en el mundo físico, organizando la materia y constituyendo las sustancias.
El rechazo de la teoría de las ideas lleva a Aristóteles a una distinta concepción y valoración de la physis (la naturaleza). Para Platón la naturaleza, a la que identifica con el mundo sensible, ocupa un lugar secundario en la estructura de la realidad. Constituye una realidad de segundo orden. Es una realidad aparente, una mezcla de ser y no ser. Aristóteles, por el contrario, considera que el mundo físico constituye la auténtica realidad.
Ambos filósofos conciben el alma de manera distinta: para Platón el alma es inmortal, y tras la muerte del cuerpo se reencarna, con la aspiración final de regresar al mundo de las ideas al que pertenece. Alma y cuerpo constituyen, por lo tanto, dos sustancias separables (dualismo antropológico). Para Aristóteles el alma es solo la forma sustancial de los cuerpos de los seres vivos, y es inseparable de la materia. Alma y cuerpo constituyen una única sustancia (monismo antropológico).
También discrepan en la organización del conocimiento. Platón diferencia dos niveles de conocimiento sensible: la conjetura o imaginación (eikasia) y la creencia o fe (pistis). Y dos niveles de conocimiento intelectual: la inteligencia discursiva (dianoia) y la inteligencia intuitiva (noesis). Aristóteles no diferencia niveles de conocimiento sensible. Con respecto al conocimiento intelectual diferencia entre conocimiento de lo universal (arte y prudencia), y conocimiento de lo universal y necesario (inteligencia, ciencia y sabiduría).
También discrepan en lo que entienden por método de conocimiento válido. Para Platón el método de conocimiento por excelencia es la dialéctica. Aristóteles no considera la dialéctica un método de conocimiento válido, en su lugar defiende la demostración.
Se diferencian igualmente por cómo explican el acceso al conocimiento de lo universal. Para Platón el entendimiento (nous) capta directamente las ideas en una intuición (noesis). Aunque a veces dice que el alma ya trae el conocimiento de las ideas al nacer, dado que procede del mundo inteligible. Aristóteles entiende que el universal se capta a través de un proceso de abstracción mediante el cual el entendimiento agente saca lo universal de las imágenes guardadas en la memoria. Aunque también dice que los primeros principios del conocimiento se captan directamente por el nous.
Tienen también diferente concepción de la ética. Platón pone en primer lugar la justicia. Aristóteles la felicidad.

Igualmente se diferencian en la política. Platón trata de diseñar un modelo ideal de Estado puesto al servicio de la justicia. Entendida como orden o armonía entre los estamentos del Estado. Aristóteles parte del análisis de los Estados (las polis) existentes. A partir de ahí concluye que la finalidad del Estado (de la polis) es instaurar el bien común. A partir de ahí clasifica las formas de gobierno, o lo que es lo mismo, los regímenes políticos, en correctos e incorrectos. Correctos serán aquellos que estén al servicio del bien común (monarquía, aristocracia y república) e incorrectos aquellos que estén al servicio de intereses particulares (tiranía, oligarquía y democracia).

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